Los Bills de Buffalo tienen 25 años sin avanzar más allá de juegos de comodín, y aunque en temporadas recientes han mostrado mejoría, apenas en 2019 volvieron a tener 10 victorias después de dos décadas exactas de no hacerlo.
Tras el anuncio de la partida de Tom Brady de Nueva Inglaterra, han surgido versiones que ponen a Buffalo como candidato para ser campeón divisional, pero esto puede ser un engaño, pues por una parte los Bills tienen algunos puntos débiles en su equipo y los Patriotas no serán un desastre, pese a que ya no cuenten con su histórico quarterback.
Y es justo esa posición donde los Bills no tienen un elemento que esté a la altura de llevar al equipo a los primeros planos. Su mariscal titular, Josh Allen, no tiene un brazo poderoso y basa su estrategia en pases cortos, así como en utilizar el avance terrestre.
Cole Beasley, John Brown y Stefon Diggs conforman una tercia de receptores con rapidez y agilidad, pero que requieren de un pasador capaz de poner a volar el ovoide, lo cual está en duda con Allen.
Defensivamente a Bills de Buffalo no le falta nada. El año pasado fueron el tercer mejor equipo en contener a los rivales, y eso les alcanzó para llegar a playoffs por segunda vez en tres años, pero su poder no ha dado para ir más allá de los comodines.