El mensaje de los Bengalíes de Cincinnati con la llegada de Zac Taylor como su nuevo entrenador es que admiten una etapa de reconstrucción, pues el inexperto y joven coach tendrá que manejar un equipo que no cuenta con estrellas y que algunas de sus apuestas están lesionadas.
En 2018, el equipo de Cincinnati fue el peor del Norte de la Americana, heredado el puesto nada honroso de los Browns de Cleveland. Esto significó el fin de la era de Marvin Lewis al frente de la franquicia, que ahora se la juega con Taylor, quien llega con la escuela del sorprendente Sean McVay de los Carneros de Los Angeles.
Tras 16 temporadas con Lewis al frente, los Bengalíes optaron por iniciar la renovación de su plantilla desde el entrenador, de quien se espera le inyecte juventud a un equipo que se ha desgastado y envejecido sin haber obtenido éxitos.
Esta será la primera interrogante, pues Andy Dalton entre a su novena temporada como quarterback titular sin destacar, por lo que este año deberá responder, a riesgo de que se cumplan los peores augurios que los sitúan como los candidatos a ser el peor equipo de la NFL esta campaña.
De ocurrir, Cincinnati estaría buscando en el próximo Draft al relevo de Dalton. El panorama no luce sencillo para Taylor, además de depender de un pasador de mediana calidad deberá afrontar las lesiones del receptor estelar AJ Green, así como la ausencia de Jonah Williams, su primera selección colegial, quien estará fuera todo el año por una lesión en el hombro.
