El Bayer Leverkusen batió con autoridad este jueves al Roma (0-2) en el Estadio Olímpico de la capital italiana, en un duelo marcado por un error defensivo de Karsdop que facilitó la ventaja de un Xabi Alonso que acarcia con este resultado la final de Dublín.
El ‘Neverloser’, apodo que recibe últimamente el combinado de la aspirina, no necesitó esta vez esperar a los minutos finales para mantener su condición de invicto. Supo aguantar cuando le tocó y aprovechó su superioridad para vengarse de lo sucedido la pasada campaña, cuando cayeron eliminados ante el Roma en la misma ronda, y amarrar un resultado que le coloca con pie y medio en la final.
Son ya 47 los partidos consecutivos sin perder de este equipo histórico, campeón de la Bundesliga. Eso sí, al todopoderoso Leverkusen le costó entrar en el partido.
Intimidado por un Roma bien plantado, con éxito en la presión alta, los de Xabi Alonso apenas inquietaron la puerta de Svilar en la primera media hora. Solo un disparo de Frimpong al lateral de la red, tras un despiste de Spinazzola en la cobertura, metió miedo a los locales.
Porque el Roma, pese a ser claramente el menos favorito para pasar la eliminatoria, supo contener al campeón germano en los primeros compases. Lukaku estrelló un cabezazo en la madera en la más clara de los de De Rossi, amenazantes en zona de tres cuartos.
Todo un trabajo que se fue al garete tras el error clamoroso de Karsdop en defensa en el minuto 28. El lateral neerlandés regaló el balón a Grimaldo en el propio área intentando ceder a Svilar y Wirtz, solo contra el meta serbio, abrió el marcador a placer tras la asistencia del español.
Ahí despertó el Leverkusen, que pasó a dominar con autoridad el resto de la primera mitad. Respiró Alonso en el banquillo, especialmente activo con protestas al colegiado francés, porque empezó a reconocer a su equipo, porque empezó a circular con criterio y porque empezaron a ser los suyos los de las ocasiones de peligro.
El ataque alemán
La tuvo Frimpong otra vez al despistar a un Spinazzola superado, sumando otra jugada en la que los laterales del Roma fueron protagonistas por el bajo nivel en el partido. Pero consiguió el Roma destensarse con un disparo lejano de Pellegrini que volvió a meter a los de De Rossi en el partido justo antes del descanso.
Impulso que se mantuvo en los inicios de la segunda mitad y que a punto estuvo de materializarse en gol con un remate de cabeza de Cristante en un saque de esquina. Un espejismo porque el partido fue, desde el gol, del Leverkusen. Cedieron los germanos la posesión pero no recibieron daño alguno. El Roma fue estéril con balón al estar Paulo Dybala desaparecido.
Y entre idas y venidas sin ningún tipo de trascendencia entre unos y otros, transiciones inefectivas y errores no forzados, Andrich decidió que ya era suficiente. Recibió en la frontal del área y la puso en la escuadra. Imparable para Svilar.
No pudo reaccionar el Roma ante el golpe encajado y vio cómo el sueño de conseguir la tercera final europea seguida, la segunda consecutiva de esta competición, prácticamente se esfumó con u remate de Abraham bajo palos y sin portero que inexplicablemente el inglés no acertó a meter entre los 3 palos.
Xabi Alonso y su Leverkusen se tomaron la venganza del año pasado y acarician la final en una temporada histórica.