Ángel caído
El nombre de Lance Armstrong estuvo en un pedestal, fue sinónimo de admiración y fortaleza, pero al destaparse la cloaca se enlodó para siempre.
“Sofisticado programa de dopaje” ha sido la frase clave para proclamar al US Postal Service Pro Cycling Team como culpable por la USADA en el tema de doping más escabroso en la historia del ciclismo.
Rocío Cepeda
El nombre de Lance Armstrong estuvo en un pedestal, fue sinónimo de admiración y fortaleza, pero al destaparse la cloaca se enlodó para siempre.
“Sofisticado programa de dopaje” ha sido la frase clave para proclamar al US Postal Service Pro Cycling Team como culpable por la USADA en el tema de doping más escabroso en la historia del ciclismo.
Porque lo que pensábamos del ciclista texano ya no es ni nunca será más una realidad. Ni sus siete campeonatos en el Tour de Francia entre 1999 y 2005, ni ese concepto del gran atleta que venció al cáncer, ni las famosas pulseras “Livestrong”, toda esa imagen parece venirse abajo.
De ser un semi Dios, a sus 42 años le alcanzó la vida para ver desplomarse su carrera que “tanto” le costó. Porque el lapidario informe de las mil hojas ha revelado una oscura etapa del ciclismo mundial que será el punto negro para siempre, explicándose detalladamente la forma en que Lance y sus compañeros abusaron de tantos métodos para hacer trampa.
La USADA cita a once compañeros de Lance Armstrong: Frankie Andreu, Michael Barry, Tom Danielson, Tyler Hamilton, George Hincapie, Floyd Landis, Levi Leipheimer, Stephen Swart, Christian Vande Velde, Jonathan Vaughters y David Zabriskie, todos ellos conectados de alguna forma en el tema espinoso.
“Fui testigo de transfusiones (de sangre) en el año 2000 muchas veces. No era nada fuera de lo común. Todos lo hicimos. No sólo fue Lance Armstrong. Él fue parte de eso. Fue el periodo oscuro del ciclismo”, dijo Hamilton, ex compañero de Lance a la BBC de Londres.
El mismo Tyler aseguró en su libro que Armstrong le dijo a él y Landis que en el Tour en Suiza en 2001 dio positivo por EPO, pero que su gente estaba en contacto con la UCI y “todo iba a estar bien”.
Lo común entre ellos a principio de la década pasada era el dopaje sanguíneo homólogo, que significa básicamente el de extraerse sangre, refrigerarla y antes de una competencia inyectársela de nuevo, esto con la búsqueda de aumento en la cantidad de glóbulos rojos que permitieran un mayor nivel de oxigenación.
Y es que en este tema puedes estar en contra o a favor de Lance, como hasta ahora lo ha demostrado la firma deportiva Nike que patrocinará un encuentro de futbol americano organizado por “Livestrong”.
O como el caso del Comité Olímpico Internacional, el cual ha decidido estudiar el expediente pero mientras tanto no le retirarán el bronce de los Olímpicos de Sidney 2000.
Este problema tiene un fondo profundo, el hecho de que se acuse al siete veces campeón del Tour de Francia de uso y posesión de EPO, transfusiones de sangre, testosterona, hormonas de crecimiento y tráfico con otros ciclistas, resulta mucho más vergonzoso de lo que parece.
Dentro de lo lamentable del tema es que no solo pierde Armstrong y sus ex compañeros, sino también está perdiendo el ciclismo mundial que tanto apoyo ha recibido. Lo difícil es que en situaciones lamentables como esta siempre aparecerán dudas como… ¿cuántos atletas más están haciendo trampa en la elite del deporte? Eso solo el tiempo y las autoridades lo podrán responder.
¿Qué es el dopaje sanguíneo?
Consiste en extraer cierta cantidad de sangre, conservarla en refrigeración para luego volver a inyectarla. Una vez en período de competición la sangre se le inyecta al deportista, lo que hace que aumente su volumen sanguíneo y el grado de oxigenación, haciendo que éste sea más resistente al cansancio.