América, un tricampeón de época. Orden y eficacia, su sello

América llegó a la Vuelta de la Final del Apertura 2024 con un gol de ventaja, aunque pudieron ser más. Al final, terminaron pidiendo la hora y arrepintiéndose por esos yerros, más otros incluidos en la Vuelta, pero resistieron y hoy, nuevamente, hay un tricampeón en la Liga MX.

Con un futbol práctico y ordenado, las Águilas se convirtieron en el primer equipo tricampeón consecutivo en la historia de los torneos cortos.

Anteriormente, la versión del América en la pasada década de los 80, Cruz Azul de los 70 y Chivas en los 60 habían logrado una hazaña que se percibía como misión imposible en la actualidad, pues en el futbol mexicano hay abundante competencia –o mediocridad–.

Incluso este América forma parte de esta realidad. El tricampeonato se gestó a pesar de que en la fase regular del torneo registraron seis derrotas y dos de ellas por goleada ante Cruz Azul y Toluca.

La causa de esta irregularidad, alegaban, fueron las lesiones por doquier en el equipo, así como la baja de juego de jugadores referentes. Ejemplo de ello, el chileno Diego Valdés, a quien, hay que decirlo, nadie extrañó en esta última fase.

Con todo, los de Coapa apenas pudieron entrar a la Liguilla por la puerta de atrás, pues se impusieron con alta dosis de drama a Tijuana en el Play-in. Hoy, pocos recuerdan que los azulcremas caían 2-1 ante los Xolos y empataron en los minutos finales para mandar el juego a la serie de penaltis donde finalmente se impusieron.

Ya en la “Fiesta Grande,” las cosas cambiaron. América sabía que no podía ponerse al tú por tú contra otros equipos, que no podía ser esa versión dominante de torneos pasados. Hizo la espectacularidad a un lado, apostó por el orden, contragolpes letales… y ganó su título 16.

Primero cayeron los Diablos Rojos, luego La Máquina –con polémica incluida– y, finalmente Monterrey, de quien se desquitaron de aquella Final del Apertura 2019 donde los de Coapa cayeron en tandas de definición en el Estadio Azteca.

América sufrió, pero porque quiso

En el partido de ayer, como se esperaba, Rayados salió impetuoso. Su director técnico, Martín Demichelis, dio la orden de “asfixiar” al América; sin embargo, los de Coapa no se asustaron y poco a poco fueron nivelando las acciones.

Incluso, al minuto 16, la primera opción real de peligro fue para el conjunto visitante cuando Alejandro Zendejas estrelló su remate en la humanidad del arquero Luis Cárdenas. Dos minutos después, cayó el gol de América por parte de Henry Martín; sin embargo, se anuló por fuera de lugar. Bien marcado y así no hay polémica.

A partir de ese momento, los de Coapa se volvieron dueños del partido, y al minuto 24 Richard Sánchez metió un golazo. Ahora no fue desde la media cancha como ocurrió con Cruz Azul, sino con un riflazo desde fuera del área.

Así, las Águilas se ponían 3-1 al frente en el marcador global. Fue hasta ese momento que los regios volvieron a salir de su letargo con un disparo de Germán Berterame, el cual, desvió de gran manera Luis Ángel Malagón, quien confirmó una vez más que es el mejor portero de México.

Al minuto 30, Zendejas tuvo el 2-0 tras una diagonal de Kevin Álvarez –“revivió” en esta Liguilla– y volvió a fallar ante el portero. Era el gol que liquidaba, pero los de Coapa quisieron ponerle más dramatismo a una Final en la que Rayados se fue desdibujando desde el primer tiempo del juego de Ida.

El jueves pasado, al minuto 35, Sergio Canales se sacó de la chistera una genialidad. Recibió el balón, dio media vuelta y sacó un zurdazo letal desde fuera del área, imposible de detener para Malagón.

Fue el único momento donde Monterrey estuvo arriba en la eliminatoria y lució contundente. Sin embargo, el gusto le duró apenas cuatro minutos, pues al 39, Álvarez hizo el gol del empate.

Ese fue el primero de tres goles que anotó América sin respuesta de los regios, que dejaron los goles en los Cuartos de Final y Semifinal donde registraron media docena de anotaciones.

Para la segunda mitad, Monterrey salió más decidido –o desesperado– para hacerse presente en el marcador, pero el vendaval albiazul de los primeros minutos, una vez más, tuvo saldo blanco en la portería americanista.

Al minuto 70, Roberto de la Rosa y Jesús Manuel “Tecatito” Corona ingresaron a la cancha para intentar algo diferente, mientras que el América seguía en lo suyo: esperando el contragolpe mortal, agazapado, aguardando el final del tiempo regular.

Pero no se puede aguantar tanto tiempo y al minuto 85 Johan Rojas hizo el del empate. Hasta ese momento explotó el Estadio BBVA y, tres minutos después, casi se cae con un remate de Sebastián Vegas que pegó en el travesaño.

Ahora sí llegó el drama. Lástima que solo fueron alrededor de 10 minutos, los cuales fueron un suspiro para Rayados y una eternidad para los azulcremas que, al final, levantaron un título más. Ahora, los “antis” odian a un tricampeón. Jardine dijo que quería un equipo de época… ya lo tiene.