Nueve medallas la llevaron a la cima de los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se celebraron en Barranquilla, Colombia, el mes pasado, no obstante, antes de ser la ‘Reina’ de la justa regional, la nadadora mexicana Liliana Ibáñez pasó por momentos complicados que la hicieron pensar en tirar la toalla y no seguir en las albercas.
Las dudas se incrementaron al iniciar sus estudios de maestría, ya que los gastos cada vez se le incrementaban más y los recursos no eran suficientes para costear su educación y a la vez su carrera deportiva, hasta que acudió a solicitar ayuda porque el destino le tenía preparados los éxitos.
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“Durante seis o siete años no invertí, porque la Universidad donde estudié, en Estados Unidos, me pagaba todo, desde entrenador, nutriólogo, mi renta. No tenía una necesidad, pero cuando entré a la maestría, ¡pum!, ya no me salen las cuentas cuando convierto de pesos a dólares, porque acá ya no tienes beca.
Antes de ser la ‘Reina’ de la justa regional, la nadadora mexicana Liliana Ibáñez pasó por momentos complicados que la hicieron pensar en tirar la toalla y no seguir en las albercas
“Cuando pasó eso entró un momento difícil de mi carrera y es cuando digo: ‘ya no me salen las cuentas’, porque estoy invirtiendo personalmente y hablé con Alfredo (Castillo) y le dije que no sabía si quería seguir, él me escuchó y me apoyó y gracias a dios sigo en esto”, explica la nadadora.
Para salir de ese ‘bache’, Ibáñez asegura que pese a tener 25 años de experiencia en las albercas, tuvo que empezar de cero en sus entrenamientos, ya que estaba pasada de peso, pero con la ayuda de su entrenador, Steve Bultman, logró recuperar la forma para competir.
“Mi entrenador me agarró desde cero, con 80 kilos, gordita y con el alma caída y me dijo: ‘ponte una meta y vamos a cumplirla, si tú me dices que quieres ser campeona olímpica para eso te entrenamos’, y le dije que primero quería siete medallas de Centroamericanos, y fueron nueve”, indica
Otro aspecto importante que tiene su trabajo con Bultman es que él tiene la función de psicólogo con ella, por lo que la honestidad en su relación laboral es fundamental y eso le ha permitido a Liliana conocer cuál es su nivel deportivo.
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“Mi entrenador hace de todo, desde la parte de psicología como la nutricional, que a lo más lejos que llega es a decirme que coma bien, pero él es muy honesto, siempre te dice hasta dónde puedes llegar, y sé que si yo le pregunto algo y me dice que si puedo lograrlo voy con todo, porque él no se atreve a decirme que sí, si cree que no”, expresa.
Lima y Tokio
Si bien los recuerdos de la victoria en Centroamericanos están aún frescos para quienes triunfaron, Ibáñez ya deja en la historia lo ocurrido en Barranquilla para enfocarse en su próximo objetivo: conseguir una medalla en los Panamericanos de Lima 2019 y lograr la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
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El objetivo más cercano, Lima 2019, será la primera prueba para la atleta mexicana, pues comprende que la competencia va aumentar, respecto a Centroamericanos, con la incorporación de otros países.
“En Centroamericanos aproveché el momento, y debo seguir aprovechando, porque ahorita sólo fueron algunos países, pero en Panamericanos se viene lo más difícil porque llega Estados Unidos, la mejor potencia en natación.
“Tanto no podía soñar, porque si somos realistas sueñas con cinco o siete, pero nueve, sí es más de lo que yo soñé”
“No me siento en desventaja porque mi entrenador es su entrenador, entonces ahí no la llevo de perdida, sólo debo entrenar más fuerte, porque una medalla en Panamericanos es difícil pero no imposible”, reconoce.
El Mundial de Curso Corto, Copas del Mundo y Grand Prix son slas próximas competiciones en las que participará.
Perfil
Nombre: Liliana Ibáñez
Lugar de nacimiento: Celaya, Guanajuato
fecha de nacimiento: 31 de enero 1991
Estatura: 1.80 mts
Peso: 70 kgs
