El astro del futbol, Diego Armando Maradona, llegará a México para dirigir a un equipo de futbol norteño de segunda división: Dorados de Sinaloa.
La noticia ha sido ampliamente replicada por medios internacionales y agencias, algunas de las cuales han puesto énfasis en la situación de narcotráfico que impera en esa zona del país.
Para la agencia AP, Maradona, “quien ha luchado contra el abuso de sustancias”, llegará a dirigir “al corazón del narcotráfico en México”.
Y es que el ex director técnico de la selección de Argentina ha estado constantemente asociado con el consumo de drogas lícitas e ilícitas; sólo falta recordar el show que protagonizó en el Mundial de Rusia 2018, en donde tuvo que ser sacado de un estadio en aparente estado etílico.
Según Maradona, lleva más de 14 años sin consumir algún estupefaciente, pero lo visto en el partido mundialista, donde la albiceleste derrotó a Nigeria 2-1 y en donde fue sacado a rastras y en estado inconveniente, hizo pensar a muchos lo contrario.
Bajo este panorama, el futbolista, quien llegó a asegurar que México no merecía ser sede de un Mundial pues “siempre llega sólo al cuarto partido”, llega a Sinaloa, una de las ciudades mexicanas más golpeadas por el narcotráfico.
Tierra de capos, como “El Mayo Zambada” y “El Chapo” y dadora del nombre a uno de los cárteles con mayor presencia a nivel internacional, Sinaloa ocupaba, en 2017, el número 12 de las 50 ciudades más violentas del mundo con 671 homicidios en ese año.
El estado ha sido objeto de diversas alertas de viaje de Estados Unidos a sus ciudadanos, a quienes apenas en marzo de 2018 los prevenía de viajar a esta zona por “las alta tasa de criminalidad”.
En Sinaloa operan algunos de los cárteles de la droga más peligrosos del país, entre los que se encuentran el de El Chapito Isidro y su célula de los Mazatlecos o el de los Beltrán Leyva, quienes exportan todo tipo de sustancias ilegales a diversas partes del orbe.