A enfriar la tensión en Olímpicos de Invierno de Beijing

Beijing 2022 arrancó en medio de un boicot diplomático, cuestionamientos hacia el gobierno chino y un muy estricto control sanitario; es hora de que se hable de la justa en el aspecto meramente deportivo
Francisco Sánchez Francisco Sánchez Publicado el
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Esta mañana, con la Ceremonia de Inauguración, dieron inicio los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, que serán recordados, al igual que Tokio 2020, por realizarse en la era pandémica, por sus estrictos controles sanitarios, pero también por las protestas en el aspecto meramente deportivo gobierno chino y sus abusos en materia de derechos humanos, así como los boicots diplomáticos.

Así es, se ha hablado más de otros temas que de los protagonistas que dan origen a esta competencia, para la cual, nadie quería ser anfitrión –incluso mucho antes de la aparición del COVID-19– debido al enorme gasto que significaban.

China alzó la mano para llevarlos a Beijing y Kazajistán también. Al final, el Comité Olímpico Internacional (COI) optó por el gigante asiático. “Realmente es una opción segura”, dijo el presidente del organismo Thomas Bach en 2015 tras la votación.

Siete años después, el mundo constatará si Bach estaba en lo correcto, comenzando con la apertura en el famoso “Nido del Pájaro”, el Estadio Nacional que maravilló en los Juegos Olímpicos de 2008, en la cual no estuvieron, a manera de protesta, funcionarios gubernamentales algunos de los países participantes.

La justa invernal servirá de pretexto para “echar un vistazo” a China que, prácticamente cerró sus puertas desde que en el país se detectaron los primeros casos de COVID-19 en el planeta hace más de dos años.

Sin embargo, el panorama es muy distinto en Beijing tras la última ocasión que recibió unos Juegos Olímpicos. Esos Juegos de Verano fueron vistos como la coyuntura para que el mundo pudiera admirar a una potencia en alza.

Ahora, diversos reportes apuntan a que el gobierno está haciendo todo con sus propias reglas. Las restricciones por el COVID-19 justifican convenientemente que los periodistas no puedan desplazarse por el país e informar sobre lo que realmente ocurre.

Para prevenir la propagación del coronavirus, se ha montado una burbuja. Todos los participantes deben someterse a pruebas de contagio diarias. Nadie puede salir de hoteles y sedes, instalaciones que se encuentran apartadas del resto de la ciudad y montañas.

Toda persona que arroje positivo tendrá que permanecer aislado, una situación que quedó en evidencia por el caso de Kim Meylemans, una piloto de skeleton. La belga recurrió el miércoles a las redes sociales para explicar entre lágrimas las condiciones de su aislamiento.

La intervención del COI y de su comité olímpico hizo que fuera trasladada a una subsede dentro de la Villa Olímpica con el fin de completar los protocolos de aislamiento.

Esta es la realidad a la que se enfrentarán dos mil 900 atletas de 90 países. Una de ellos es la alemana Natalie Geisenberger, figura en la competencia de luge, quien consideró no venir, pero al final decidió hacer la travesía.

“Nosotros los atletas no tenemos nada que ver con la decisión de darle los Juegos a Beijing. Eso lo deciden ellos (el COI) y nosotros los atletas nos ha tocado un hecho consumado”, declaró.

“Estos son unos Juegos en el que tratarás de hacer lo mejor posible, pero al mismo tiempo buscas mantener la cordura y poder competir”, dijo Hannah Soar, una esquiadora acrobática de Estados Unidos.

Y depende justamente de los atletas, con sus grandes exhibiciones y gestas en competencia que el deporte recupere el protagonismo.

La esquiadora estadounidense Mikaela Shiffrin, el campeón noruego de esquí de fondo Johannes Hoesflot Klaebo, así como el patinador japonés Yuzuru Hanyu lideran a esas figuras, que podrían ocupar espacios mediáticos en vez de los conflictos asociados al país anfitrión.

En el terreno deportivo, Noruega, una vez más, llega al territorio asiático para acaparar la mayor cantidad de medallas por su supremacía en el biatlón y esquí de fondo. Hace cuatro años, en Pyeongchang, los nórdicos ocuparon la primera posición con 39 medallas (14 de oro, mismo número de platas y 11 bronces).

Por su parte, Rusia, compitiendo con el nombre de “Comité Olímpico de Rusia” por las sanciones de dopaje, debe hacerle sombra. Su equipo de hockey es el gran favorito, luego que la NHL, debido al repunte del COVID en Norteamérica por la variante Ómicron, optó por enviar sus jugadores a los Juegos.

Finalmente, los deportistas de Estados Unidos van con la encomienda de meterse en el Top 3, luego de que también hace cuatro años fueron relegados a la cuarta posición por Alemania y Canadá.

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