Por Dr. Leonardo Ramos
@Leonard40711871
Subgerente operativo de anteproyectos hidroeléctricos de la CFE
No es ningún secreto que la energía del futuro estará cada vez más impulsada por energías renovables. Por ejemplo, en México, con apego a los datos estadísticos del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN 2024-2038), al cierre del año 2023 se produjo una cantidad total de energía de 340.713 GWh, dentro de la cual; 106.171 GWh fue con base en energía limpia, es decir, México cerró el año pasado con un 31.20 por ciento utilizando fuentes de producción eléctrica limpia.
Este es un cambio importante en la forma en que se impulsará la vida de los mexicanos a medida que avanzamos en el siglo XXI. Y si bien este cambio es una buena noticia para nuestro medio ambiente, nuestra lucha contra el cambio climático y el bienestar de nuestras comunidades también crea nuevos desafíos que debemos trabajar juntos para resolver.
Uno de nuestros mayores obstáculos girará en torno a permitir el almacenamiento de energía de larga duración. En pocas palabras, eso significa crear la combinación adecuada de energías renovables para garantizar un despacho eléctrico firme y constante cuando la red de transmisión eléctrica se ponga a prueba por fuerzas como el clima extremo.
Ha habido mucha fanfarria en torno a la creciente promesa de las energías renovables como la eólica y la solar, pero la variabilidad de estas fuentes de energía eléctrica en una red de energía limpia debe tener mayor profundidad de análisis y aún más, en un sistema interconectado como el mexicano.
Los rebombeos podrían ser parte de esa solución. Las operaciones de estas fuentes de rebombeo canalizan el agua desde un depósito superior a una sala de control subterránea, donde esencialmente actúa como una batería gigante, lista para desplegar energía limpia según sea necesario, mientras que un túnel de descarga envía agua adicional a un depósito inferior.
Esta tecnología no es nueva, tiene más de un siglo de antigüedad, pero tiene altas posibilidades de ser un componente clave de la red de transmisión de energía limpia del futuro, debido a que el almacenamiento de energía eléctrica por bombeo o rebombeo, es un sistema de energía fiable con una tasa de eficiencia del 90 por ciento, además, funciona utilizando el exceso de electricidad para bombear agua de un depósito inferior a uno más alto, almacenando energía.
La infraestructura no puede ser costosa de construir, si modernizamos hidroeléctricas convencionales cambiándolas a rebombeos con un valor agregado mediante una trazabilidad de rendimiento. En el largo tiempo, su vida útil convierte a esta infraestructura en materia rentable.
Para tal fin, se sugiere desde hoy, que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y los órganos colegiados busquen la manera de regular esta tecnología desde el costo de un bombeo asequible y una nueva política de operación de la hidroelectricidad para respaldar el inevitable crecimiento de la energía solar fotovoltaica y la energía eólica en el Sector Eléctrico Nacional (SEN).
