Actualmente, México no cuenta con almacenamiento estratégico de gas natural. Foto: Cortesía

Temas pendientes en materia de gas natural y su impacto en el suministro eléctrico

Hoy por hoy, no podemos hablar de generación de electricidad sin considerar el abasto de gas natural

Por: Perla Gizeh Díaz Taracena

Asociado senior Mercantil y Financiero de Hogan Lovells

El gas natural se ha posicionado como un elemento de gran importancia para la transición energética. El gobierno mexicano lo ha señalado así en las Prospectiva de Gas Natural 2024-2037 ¹, así como ha reconocido la gran dependencia de México del gas natural proveniente de los Estados Unidos de América (durante 2023, México se colocó dentro de los principales importadores de gas natural por medio de ducto a nivel mundial). ²

La importancia del gas natural para México se hace patente a través de los siguientes datos: (¹) la demanda de gas natural en nuestro país aumentó en un 24.2% entre 2012 y 2022 (de 2021 a 2022 aumentó en un 1%); (²) dicha demanda es utilizada en un 58.9% para la generación de energía eléctrica; y (³) el 84.8% de la energía eléctrica generada en México utiliza gas natural. ³

En pocas palabras, hoy por hoy, no podemos hablar de generación de electricidad sin considerar el abasto de gas natural. Sobra decir que la energía eléctrica es el gran motor del desarrollo nacional, además, de un presupuesto indispensable para el goce de múltiples derechos fundamentales-como lo han interpretado nuestros Tribunales Colegiados de Circuito.

Esto no es ajeno para el gobierno mexicano y no se puede negar que éste ha tratado de crear un andamiaje jurídico y de política pública encaminado a incrementar la seguridad, soberanía o autosuficiencia energética (términos que parecen ser intercambiables en el léxico gubernamental).

Sin embargo, al no haber una definición clara de la meta, los esfuerzos parecen diluirse en acciones y proyectos con fines distintos y a veces contradictorios. En ese sentido, el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, no ofreció una definición del (de los) concepto(s) arriba citados, ni mucho menos una correlación entre tal objetivo y acciones específicas emprendidas a raíz del mismo (como el rescate de Pemex y CFE, la reivindicación de CFE como el principal productor de energía eléctrica del país, entre otros), además, de que desestimó la relevancia de la participación de la iniciativa privada, la cual está hoy estrechamente vinculada en todos -o la mayoría-de los ámbitos relacionados con el sector energético como resultado de la Reforma Energética de 2014.

A manera de ejemplo, la Oficina de Eficiencia Energética y Energías Renovables del Departamento de Energía de los Estados Unidos de América define la “independencia energética” como “el estado en el que una nación no necesita importar recursos energéticos para satisfacer su demanda de energía”; y la “seguridad energética” como “disponer de energía suficiente para satisfacer la demanda y contar con un sistema energético y una infraestructura protegidos frente a amenazas físicas y cibernéticas.”

Ante la importancia de la comunicación de objetivos para la alineación de los esfuerzos y tareas gubernamentales, la clara conceptualización de los ejes rectores de la política energética tales como la seguridad y autosuficiencia energéticas (o incluso la soberanía energética) no debe subestimarse ni mucho menos asumirse o darse por sentada de forma implícita.

Es así como, a unos meses de comenzar una nueva administración federal, aún existen temas pendientes en materia de gas natural que, de no atenderse, pueden tener impactos directos el suministro de energía eléctrica. En los últimos años, ha quedado más clara que nunca la vulnerabilidad de México en temas de suministro de gas natural (y por lo tanto de suministro eléctrico), el cual se ha visto afectado cuando se disminuye o impide la importación de gas natural desde los Estados Unidos de América (por ejemplo, en 2021, derivado de las tormentas invernales que aquejaron a Texas).

En ese sentido, el gobierno entrante deberá emitir los instrumentos de política pública necesarios para atender estas problemáticas y de cierta forma reencauzar los esfuerzos del gobierno saliente, además de promulgar la regulación faltante y asignar las partidas presupuestarias correspondientes para esos fines. En mi opinión, la política pública del gobierno entrante debe tener una definición mejor y más clara de sus objetivos y de las acciones e instrumentos que se plantean para alcanzarlos, además de establecer herramientas de seguimiento y diagnóstico objetivas y precisas.

Almacenamiento estratégico

El almacenamiento de gas natural en depósitos subterráneos ha aumentado a nivel mundial a raíz de la crisis energética ocasionada por cambios geopolíticos (principalmente, la guerra Rusia-Ucrania), dejando de manifiesto la importancia del almacenamiento para la seguridad en el suministro. El mercado de almacenamiento se concentra principalmente en los Estados Unidos de América, Rusia, Ucrania, Canadá y Alemania.

Actualmente, México no cuenta con almacenamiento estratégico de gas natural. La Política Pública de Almacenamiento de Gas Natural -publicada en 2018 por la Sener– contemplaba como objetivo que, a más tardar para el año 2026, el CENAGAS deberá contar con al menos 45 BCF de inventarios estratégicos en territorio nacional, equivalentes aproximadamente a 5 días de consumo nacional de gas natural, para lo cual llevaría a cabo las licitaciones de los proyectos estratégicos de almacenamiento que requiera el país.

El CENAGAS debía llevar a cabo las acciones necesarias que le permitieran licitar el primero de dichos proyectos en 2018 con el objeto de constituir al menos 10 BCF de inventario estratégico. A la fecha, esto no ha sucedido. En 2018 CENAGAS inició algunas acciones para seleccionar un campo no viable para la extracción de hidrocarburos para constituir el primer proyecto estratégico de almacenamiento (JAF) y posteriormente elaboró las bases preliminares de licitación del proyecto de infraestructura de almacenamiento estratégico, mismas que se pusieron a consulta entre el 15 de mayo y el 30 de junio de 2024.

Según la página web del CENAGAS, éste se encuentra realizando las acciones para cumplir con los compromisos a que se refiere la Política Pública de Almacenamiento de Gas Natural.

Incremento de la producción nacional

México cuenta con un gran potencial de gas natural, principalmente localizado en yacimientos no convencionales. Según las cifras de la propia SENER, dicho potencial asciende a 256.3 MMMMpc. ⁴

A diferencia de los convencionales, los yacimientos no convencionales requieren de tecnologías especializadas para poder alcanzar una producción comercial, lo que se traduce en mayores inversiones.

Asimismo, la explotación de los yacimientos no convencionales está estrechamente relacionada con la utilización de una técnica conocida como fracturación hidráulica (o fracking), lo que ha ocasionado una resistencia importante para el desarrollo de estos campos.

De igual forma, se ha detenido la licitación pública de áreas contractuales para su exploración y extracción -de cualquier tipo- con lo que se ha cerrado la puerta de forma indefinida a la inversión privada para este tipo de proyectos.

El incremento de la producción nacional de gas natural sin duda mejoraría las condiciones de seguridad de suministro para México. Sin embargo, en la consecución de tal objetivo, no pueden soslayarse aspectos como la protección al medio ambiente, el uso razonable y sostenible de los recursos hídricos ni los intereses de las comunidades u otras partes interesadas necesariamente afectados por este tipo de actividades.

Entonces, el reto de la administración entrante es armonizar todos estos intereses -mediante los instrumentos de política pública, la regulación correspondiente y el direccionamiento del presupuesto, entre otros – en la persecución del objetivo de autosuficiencia energética, lo cual no es una tarea fácil.

Diversificación de la matriz energética

Otra forma de reducir la dependencia de México en el gas natural es a través de la diversificación de la matriz energética con miras a la descarbonización del sector eléctrico.

Durante 2023, el 75.68% de la energía eléctrica que se generó en México provino de combustibles fósiles y aunque las energías renovables han ganado algo de terreno, su crecimiento es pausado. ⁵

Por otro lado, el consumo de energía eléctrica va en innegable aumento (en 2023 fue de 298,599 GWh, lo que representó un alza de 3.4% respecto a 2022), ⁶ así que la incorporación de capacidad de generación en los próximos años será imperante para estar a la par de la demanda. La tendencia a nivel mundial es que las producciones de energía eléctrica a partir de fuentes renovables hagan frente a dichos incrementos.

Si bien esto no solo se debe a la actual dependencia en combustibles fósiles, es evidente que el Sistema Eléctrico Nacional (el cual incorpora tanto a centrales eléctricas como a la infraestructura de transmisión, en virtud de la definición establecida en la Ley de la Industria Eléctrica) es vulnerable, una condición que no es más que la suma de diversas deficiencias en la planeación del sector.

Diversificar la matriz energética no solo requiere inversión en centrales eléctricas que operen con recursos renovables. También implica el fortalecimiento de la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución, así como la incorporación de soluciones tecnológicas que mejoren la Confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (por ejemplo, implementación de redes eléctricas inteligentes y almacenamiento de energía).

¹ Ver Prospectiva de Gas Natural 2024-2037, Página 24.

² Según datos del Statistical Review of World Energy 2024 published by the Energy Institute – página 45.

³ Datos de la Prospectiva de Gas Natural 2024-2037.

⁴ Ver Prospectiva de Gas Natural 2024-2037 -página 48.

⁵ Ver PRODESEN 2024-2038, pagina 97.

⁶ Ver PRODESEN 2024-2038, página 39.