La demanda mundial de electricidad crecerá alrededor de un 4%. Foto: Especial

Energías limpias, el reto del sector energético en México

El fuerte aumento de consumo mundial de electricidad continuará hasta 2025 por lo que la búsqueda de nuevas opciones es necesaria para cubrir la alta demanda

Según datos de la Agencia Internacional de Energía, se prevé que la demanda mundial de electricidad crezca alrededor de un 4% en 2024, frente al 2.5% de 2023. Esto representaría la tasa de crecimiento anual más alta desde 2007, excluyendo los repuntes excepcionales observados a raíz de la crisis financiera mundial y de la pandemia de COVID-19.

Incluso pronostica que el fuerte aumento del consumo mundial de electricidad continúe hasta 2025, con un crecimiento de alrededor del 4% nuevamente, según el informe.

Se atribuye esta alta demanda al sólido crecimiento económico, intensas olas de calor y una mayor adopción de tecnologías que funcionan con electricidad, como los vehículos eléctricos y las bombas de calor.

Energías limpias como opción

La organización internacional también reporta un pronóstico de expansión rápida de las fuentes renovables de electricidad en lo que queda del año y el próximo, y se prevé que su participación en el suministro eléctrico mundial aumente del 30% en 2023 al 35% en 2025.

Se pronostica que la cantidad de electricidad generada por renovables en todo el mundo en 2025 eclipsará por primera vez la cantidad generada por carbón. Además, se espera que la energía solar fotovoltaica por sí sola satisfaga aproximadamente la mitad del crecimiento de la demanda eléctrica mundial durante 2024 y 2025, y que la energía solar y eólica combinadas satisfagan hasta tres cuartas partes de ese crecimiento.

Búsqueda de energías alternas en México

En lo que respecta a nuestro país, ha tenido una gran actividad en su proceso de transición energética. Muestra de ello, están los diversos proyectos de energías renovables en todas las entidades, combinando la inversión pública y privada.

De acuerdo con el diputado de Chihuahua, Luis Aguilar, la importancia de estos proyectos radica en la búsqueda de nuevas alternativas energéticas para continuar con el desarrollo social y económico del estado, además, que se debe trabajar en conjunto con las autoridades federales para impulsar la producción de energías limpias, las cuales no solo abonarían al cuidado del medio ambiente y a la reducción de emisiones de carbón, sino que también significaría la creación de nuevos empleos en el corto y mediano plazo.

Entre los hidrocarburos con mayor potencial de producción en México están las energías bajas en carbono, como la eólica, la hidroeléctrica y el gas natural. En el caso de este último, a diferencia de otras fuentes de energía como el carbón o el petróleo, su combustión produce significativamente menos dióxido de carbono y otros contaminantes, ya que es una mezcla de gases entre los que se encuentra en mayor proporción el metano, teniendo desde un 75 a un 95% del volumen total de la combinación.

Para muchos especialistas, este podría ser una de las mejores alternativas para reemplazar la electricidad, por su precio, rendimiento y su fiabilidad. Lo que genera confianza para las empresas en invertir en infraestructura en México.

Entre los ejemplos más recientes está la inversión de ENGIE México por mil 195 millones de pesos para la ampliación de infraestructura de gas natural en Puebla. Dicho proyecto inició su primera etapa a finales de julio y en él se invertirán 159 millones al término de 2024.

Ana Laura Ludlow Echeverría, VP de Asuntos Gubernamentales y Sostenibilidad de ENGIE México, mencionó que, con el desarrollo de 490 kilómetros de infraestructura de gas natural en la entidad del presente año al 2030, se prevé apoyar el crecimiento económico que va de la mano con la sostenibilidad en Puebla.

Mientras tanto, el pasado 23 de julio se anunció que iniciaron en Tamaulipas las obras de construcción del gasoducto “Libramiento Reynosa”, una megaobra que tiene proyectada una inversión de 2 mil 980 millones de pesos y se asegura que posiciona a la entidad como un referente del sector energético en México.

En este sentido, el gobernador Américo Villarreal Anaya dijo que este proyecto dará potencialmente nuevos desarrollos industriales, con un abasto garantizado sin riesgo para la zona urbana de Reynosa y, por otro lado, el aumento de su capacidad de transporte de gas.

Sin embargo, este hidrocarburo también tiene sus retos, ya que se requiere de una técnica llamada “Fracking” para extraerlo del subsuelo, la cual consiste en generar fisuras en la roca para que parte del gas fluya al exterior y luego pueda extraerse de mejor manera desde un pozo. Este sistema tiene varias desventajas, como la contaminación sonora y atmosférica, e incluso, hasta puede generar temblores.

Hablando de otros retos, también están las fluctuaciones en los precios, así como la infraestructura de distribución y almacenamiento. Aunque México tiene una red bien desarrollada, la expansión a regiones más remotas o la modernización de infraestructuras existentes puede ser costosa y requerir inversiones significativas, y sobre todo la inversión inicial en equipos y tecnología para el uso de este hidrocarburo, ya que puede ser una barrera para algunas empresas, especialmente para las pequeñas y medianas industrias.

La inversión en energía limpia

Como bien lo mencionamos, otra de las opciones en las que el sector energético en México se está enfocando, es en la llamada “energía verde o limpia”, pero ¿realmente en qué consiste?

Primero hay que hacer énfasis en que al hablar de estas energías se evita cualquier tipo de contaminación, principalmente aquellas que causan emisiones de gases de efecto invernadero como el CO2; además de que deben provenir de fuentes totalmente renovables, con lo que, como ya mencionamos, se logra la llamada “descarbonización de la economía”.

Por lo anterior, México se ha concentrado en activar desde centrales hidroeléctricas hasta las modernas plantas solares y eólicas, para dejar de lado el petróleo, el gas y el carbón, aunque no en su totalidad.

Según el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2023-2037 de la Secretaría de Energía (Sener), se espera que “para 2050, el 50% de la energía producida provenga de fuentes limpias. Entre otras cosas, contempla la adición de 150 megavatios (MW) de capacidad nuclear y la conversión de 1,024 MW de ciclos combinados para usar una mezcla de gas natural e hidrógeno verde”.

A inicios de este 2024, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dio a conocer que se ha hecho una “inversión histórica” de 3 mil 191 millones de dólares en energías limpias durante el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es decir entre el 2018-2024. Se aclaró que esta inversión se distribuyó en 22 proyectos que estarán listos este 2024, mismos que aportarán un total de 1.500 MW de fuentes renovables.

En palabras del aún director general de la CFE, Manuel Bartlett, de los proyectos a destacar están un parque solar que se construye en Sonora, el llamado “proyecto fotovoltaico más importante de América Latina” que aportará 1.000 MW con una inversión de mil 844 millones de dólares. Así como un parque solar en Yucatán y la modernización de 16 hidroeléctricas.

Según la CFE, al terminar estos proyectos en conjunto dejarán de emitir 15.5 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que sería equivalente a sacar de circulación a 7.24 millones de autos.

Transición energética

Aunado a esto son cada vez más las empresas en nuestro país que están apostando por la transición energética, desde reducir drásticamente sus emisiones de carbono hasta apostar por energía derivada del viento y el sol para así cumplir con sus metas sostenibles.

Por ejemplo, para Iberdrola México, empresa líder en energía limpia y primera productora eólica, sus ambiciosos objetivos medioambientales le apuestan a que en 2030 tengan una neutralidad en emisiones de carbono, mientras que para 2040 la compañía tiene como propósito las cero emisiones netas (ser net zero) de gases de efecto invernadero, lo que suma también al resto de emisiones de toda la cadena de valor.

Incluso en una reciente presentación del plan energético 2024-2030 de la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (AMEXHI), se dijo que las opciones para retomar el crecimiento energético de México sí van de la mano con las energías limpias.

“Sabemos que el gas natural o energías limpias es un combustible que busca hacer esa transición hacia un mundo más electrificado, por así decirlo, y las empresas que formamos parte de AMEXHI estamos muy comprometidas en continuar desarrollando estos recursos…Hablar de nuevas oportunidades implica la adopción de tecnología para maximizar, optimizar y acelerar la exploración para aprovechar el 53% de los recursos prospectivos que nuestro país tiene”, destacó AMEXHI.

Un futuro incierto

Sin embargo, este esfuerzo tanto del Estado como del sector privado, es “una gotita en un mar”, pues según datos recientes del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) las fallas del Sistema Eléctrico Nacional han dejado ver las necesidades y el crecimiento de la demanda, así como la falta de inversión.

“La demanda eléctrica crecerá en los años por venir, en este sentido es indispensable que el Gobierno entrante aproveche todas las posibilidades a su alcance para acelerar el despliegue de nueva capacidad de generación con la menor huella de carbono posible y sin que esto se refleje en presiones para las finanzas públicas”, destacaron.

Y es que, aunque según datos de la Sener, México tiene una capacidad de generación de aproximadamente 80 mil MW, lo que supuestamente supera ampliamente la demanda promedio de 50 mil MW, la realidad es que para muchos enfocarse en nuevas o más opciones es lo más viable.

El aumento en la población va directamente relacionado no solo a la aceleración del cambio climático, sino también al hecho de un alza en la demanda energética, los apagones en mayo pasado son una clara señal de lo que está sucediendo, como mencionamos en un principio, por lo que la apuesta está en ver, como bien lo menciona el IMCO, en cómo el próximo Gobierno terminará por manejar la posible crisis en su sexenio, y si es que las energías limpias serán una opción para transitar, pues a pesar de los beneficios que se sabe que hay, es verdad también que el apoyo a las fuentes fósiles siguen siendo prioridad ante la falta de recursos para una alta inversión que le apueste a lo sustentable.