Hacia dentro de las filas del PRI continúa creciendo la indignación contra el gobierno de Rodrigo Medina por los resultados del 1 de julio.
Hay una hondonada de cuestionamientos:
Que Medina no es traidor, sino incapaz de conocer la debida operación política.
Que el gobernador sí traicionó, porque no hizo el menor esfuerzo para ayudar a sus candidatos, cuando ya es una regla no escrita en el PRI.
Que realmente no tiene malicia, pero su padrino político, Natividad González Parás, sí la tiene.
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