Si bien es cierto que la ley debe aplicarse para que pueda haber orden, también lo es que debe aplicarse para que pueda haber justicia.
Y como en Michoacán el gobernador Fausto Vallejo solo ha aplicado la ley para lograr lo primero, puede ser que logre todo, menos orden.
Quienes conocen Michoacán saben que la polarización social no es ninguna novedad. Que la desigualdad del ingreso es fenomenal. Y que para acabarla de amolar hay ultras ideológicos de uno y de otro lado.
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