Si Felipe Calderón creyó alguna vez que había convencido al entonces presidente electo de que no había otra opción más, que la continuidad de su estrategia de guerra, se equivocó rotundamente.
Ayer Peña Nieto no solo anunció un gran golpe de timón para lograr un México en paz en un marco de respeto a los derechos humanos.
También instruyó a su secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, para que presentara ante los miembros del Consejo un diagnóstico que resume el fracaso de Felipe Calderón.
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