Más de un obispo mexicano se incomodó con la publicación de la carta que el arzobispo Norberto Rivera le mandó a Benedicto XVI.
Y es que Rivera no es el presidente del Episcopado Mexicano, como tampoco es el jefe de la Iglesia Católica en México.
Lo que debían decir los obispos mexicanos respecto a la renuncia del Papa, lo dijo el lunes pasado el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Eugenio Lira Rugarcía.
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