Aunque el número de ejecuciones sigue siendo escandaloso, el hecho es que son menos desde que Enrique Peña Nieto asumió el poder.
Haiga sido como haiga sido que se hayan logrado estos resultados, que todavía no dan para cantar victoria, el dato habla bien de la estrategia del presidente.
También es de reconocerse que el gobierno federal continúa cumpliendo con la recomendación de la Comisión de los Derechos Humanos de no presentar a los presuntos delincuentes, como se hacía casi todos los días en el gobierno de Calderón.
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