Se suponía que el presidente Peña Nieto habría de regresar a México la madrugada del domingo, pero la situación imperante lo obligó a anticipar su regreso. 

Y es que Enrique Peña Nieto ha estado permanentemente informado que el problema de los maestros se está complicando y ha ido mucho más allá de lo que sus consejeros habían calculado. 

Así como a los médicos del Issste se les unieron los del Seguro Social en una huelga general durante el primer año de Díaz Ordaz, a los maestros de la CNTE ya se les unieron otros 36 sindicatos y muchos maestros del SNTE. 

Desde que inició la 60 Legislatura el cargo de coordinador de la fracción priista causó roces. 

Muchos cuestionaron que Miguel Castro quedara a la cabeza y reprocharon que en la primera negociación el PRI perdiera control del Congreso. El problema ahora es que los priistas no hayan cómo darle las gracias y despedirlo. 

El nombramiento que recibió como presidente del PRI Guadalajara anticipa lo que sucederá: A él se le pretenden encomendar las tareas electorales en la capital de Jalisco. 

Quienes tuvieron la oportunidad de circular ayer por la avenida Reforma a las 11:00 de la mañana, se pudieron dar cuenta que la columna de maestros empezaba frente al edificio del Senado y terminaba a la altura del Auditorio Nacional. 

Se quiera reconocer o no, la manifestación de ayer fue una clara demostración de la capacidad financiera y logística de la Coordinadora magisterial para movilizar al mismo tiempo a tanta gente. 

No se necesita ser ministro de la Suprema Corte, y ni siquiera licenciado en derecho, para entender que la Suprema Corte nulificó de plano la reforma constitucional que obligaba a las autoridades a respetar los derechos humanos reconocidos por todo el mundo, en los tratados internacionales. 

Las prácticas claramente violatorias de los derechos humanos como el arraigo, seguirán siendo legales en México porque 10 de los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia así lo decidieron. 

Nos reportan que el próximo jueves estarán llegando al Congreso las iniciativas de reforma hacendaria y la del régimen de seguridad social vigente. 

Por lo que toca a la reforma fiscal, el gobierno del presidente Peña Nieto buscará incrementar sus ingresos, pero sin gravar con IVA a los alimentos y medicinas. 

Lo que el gobierno sí aumentará es la tasa del impuesto sobre la renta y la de algunos impuestos especiales como el que se grava la producción de refrescos.