Más a fuerza que por gusto, ayer Gustavo Madero y Javier Lozano estrecharon sus manos y dieron por terminado el enfrentamiento con el que lidiaban desde hace varios meses por las críticas tan ácidas del senador hacia el presidente nacional del PAN.
La reconciliación ocurrió en Los Cabos, durante la plenaria de los senadores panistas.
Hasta ahí llegó Gustavo Madero para inaugurar los trabajos de sus legisladores y, aunque en un principio ambos ni siquiera se hablaron o se voltearon a ver, todos a su alrededor los presionaron para que se dieran la mano.
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