En realidad nadie en su sano juicio lo desea, pero la posibilidad de que no haya elecciones en el estado de Guerrero no puede descartarse. Poco a poco los acontecimientos violentos, lejos de desaparecer, crecen en esa entidad.
El dizque Gobernador, Rogelio Ortega, anda en todo menos atendiendo los problemas de la entidad.
La muerte del aspirante priista a la Alcaldía de Chilapa, y ahora los desaparecidos justo en la misma entidad, se unen a la larga lista de acontecimientos reprochables por la ciudadanía y las autoridades no toman el control.
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