En el recorte de agua histórico para la Ciudad de México, ¿vio usted la participación de la Comisión Nacional del Agua? Muchos vimos al gabinete del Gobierno del Distrito Federal buscando evitar problemas, vimos a diputados condenando el recorte y, claro, a muchos ciudadanos preocupados o hasta molestos. ¿Y la Conagua? Seguramente justificarán que esa dependencia trabajará de lleno en el mantenimiento al Sistema Cutzamala, pero ¿y la prevención? ¿Las recomendaciones? ¿Sugerencias o un teléfono para urgencias por la falta del vital líquido?

El ombudsman Luis Raúl González va a la Comisión Permanente del Congreso y desliza la idea de que le dejaron un gran rezago de la administración anterior. Vamos, se hace la víctima. Pero fuentes de la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos nos confirman que los visitadores se quejan de la lentitud con la que se trabaja ahora. Les extrañan las quejas de González porque ellos piden que se apuren las recomendaciones y poco avance hay a sus solicitudes.

Ahora resulta que la culpa es de otro. Así es como en el PAN considera el hecho de que Lucero Sánchez, ligada con Joaquín “El Chapo” Guzmán se haya colado como diputada local en Sinaloa. La verdad es que en eso de echarse la bolita los partidos son expertos y pues ahora el dirigente del PAN, Ricardo Anaya, dio muestra fehaciente: “Quienes se tardaron siete meses en citar a la diputada fue la Procuraduría General de la República y de eso se habla poco”, dijo el jovenzuelo Anaya.

No hay nada más sensible para un ciudadano que su bolsillo y la seguridad. Por eso llama la atención que el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, y otros de los funcionarios de primer nivel derrochen una fortuna en seguridad. Y no es que desde aquí se esté en contra de que se les vigile por la importancia de sus responsabilidades, pero mantener un séquito de vigilantes que podrían estar garantizando seguridad a muchos de los ciudadanos que pagan su salario es inadmisible y muestra que hay insensibilidad. Mucha insensibilidad.

Las plenarias del Congreso

La detención y después puesta en libertad del exgobernador de Coahuila, el priista Humberto Moreira, deja varias lecciones. En primer lugar, se demuestra que no sólo en México existen fiscalías que presumen públicamente su trabajo antes de tenerlo bien sustentado. Segundo, con esto sólo se logra generar expectativa y de paso se llevan de encuentro al involucrado. Y la tercera de las lecciones es que, tal parece, las ganas que traían los panistas de usar este tema para las siguientes elecciones ya no se podrá. 

El perdón de Margarita