No hace falta que vivamos una tragedia o que atravesemos circunstancias adversas para que nuestra psique se vea seriamente afectada. Si el estrés es nuestro pan de cada día, es muy probable que la salud mental cobre factura a largo plazo.
Y es que las respuestas negativas a tensiones diarias se acumulan de manera que, con el paso del tiempo, nos hacemos más susceptibles a desarrollar un trastorno afectivo en el futuro, según reveló una investigación publicada en marzo de este año en la revista científica Psychological Science.
Eugenia Rodríguez