A muchos nos fascina la idea de acudir a una tienda de discos y películas, rondar una y otra vez por los pasillos para elegir el material que queremos comprar para escucharlo sin cesar.
La nostalgia por los discos y la música que se compra "físicamente", además de las ganancias que obtienen las disqueras –por ende los artistas–, se acercan cada vez más a formar parte del pasado que a la práctica diaria, gracias a los servicios de música en streaming por Internet, tales como Spotify.
María Alesandra Pámanes