La noche del 30 de septiembre la Cineteca Nacional se convirtió en un foro de discusión para traer el tema de la guerra entre Israel y Palestina entre sus asistentes, solo que la mayoría de los cinéfilos no lo sabía.
El furor por ver a Roger Waters en el inmueble era latente, cuerpos de seguridad privada encausaron a los fanáticos para entrar a las dos salas preparadas para el encuentro con Waters, sin tener caos o desinformación de por medio.
Hidalgo Neira