Dos mil trece puede ser un buen año para pianistas en ambos lados del Atlántico.
En Gran Bretaña, Tom Odell ha surgido este año con la firme intención –según sus propias palabras– de "devolverle lo sexy al piano”, instrumento que ha sido condenado a permanecer a la sombra de la guitarra después de los años de gloria de Elton John y Billy Joel en los 70.
Esteban Castro