Este inicio de año no ha sido el mejor para la tradicional industria del entretenimiento, sobre todo en el Reino Unido, pues en lo que va del año tres de las empresas más emblemáticas –pero quizá obsoletas– se han declarado en bancarrota.
Todo empezó los primeros días de enero, cuando la compañía de productos fotográficos Jessops anunció que cerraría sus casi 200 tiendas debido a que no pudieron llegar a un acuerdo sobre su deuda con los proveedores.
Rocío Aguilera