Cualquiera que diga que “Noé” es una película atípica de Darren Aronofsky, seguramente no ha seguido de cerca la filmografía del director.
Por principio de cuentas, su ya lejano debut en 1998 con “Pi, el orden del caos”, no solo representó un solvente negocio al multiplicar la modesta suma (60 mil dólares) de su producción, sino que especialmente plantó al nuevo talento de forma inmediata entre los autores interesantes del momento.
Diana González