Un alicaído y desesperado Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN, tendrá hoy en Monterrey una encerrona con panistas de Nuevo León que son consejeros nacionales del partido.
Madero amanece en la sede estatal del albiazul que encabeza Sandra Pámanes, buscando el respaldo de los panistas para la reunión del Consejo Nacional del próximo 11 de agosto.
La cabeza de Madero pende de un hilo, tras los desastrosos resultados que obtuvo su partido político en las elecciones del 1 de julio, pero el senador de Chihuahua se niega a renunciar a su cargo de manera voluntaria.
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