A muchos políticos de Nuevo León les llaman “los inexplicables”.
Porque nada más no pueden explicar sus riquezas en otros estados del país y en el extranjero.
Ahí están el ex gobernador Natividad González Parás y también el candidato derrotado por la Alcaldía de Monterrey Felipe Enríquez.
Ambos pasaron de políticos a hoteleros en Isla Blanca, al norte de Cancún.
Y precisamente en el adjetivo de inexplicable encuadra la fortuna de la familia del gobernador Rodrigo Medina en San Antonio, Texas, inversión que dará mucho más de qué hablar en próximos días.
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