Al margen de los hechos que constan, el caso Pemex-Siemens que involucra al empresario Jaime Camil, podría inscribirse en un interescuadras político.

Primero, porque la demanda de Pemex contra la corporación alemana se da en diciembre de 2012, en el primer mes en que debuta el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Aunque a muchísimos les sigue pareciendo una injusticia que el haber impartido justicia en el caso de Florence Cassez, el diputado Manlio Fabio Beltrones señaló que lo procedente ahora es identificar quiénes fueron los que violentaron el debido proceso. 

Se esperaría que la investigación no le llevara mucho tiempo a la Procuraduría General de la República, toda vez que ya han pasado siete años de que es público y notorio que hubo abuso de autoridad y manipulación de las supuestas probanzas.

Manuel Gómez Morín también habría renunciado al PAN, como lo hizo Vicente Fox.

Y no por desilusionado, sino por avergonzado. 

Y es que la declaratoria que Gustavo Madero mandó publicar a nombre del PAN, para defender a Calderón y a Genaro García Luna y condenar a la Corte, no pude provocar más que pena ajena.

Nos reportan que una vez que Florence Cassez ya esté a salvo en territorio francés, el gobierno galo no se quedará con los brazos cruzados. 

Los franceses harán todo lo que esté a su alcance para que Genaro García Luna pague por sus pecados. 

Y es que las cosas no se pueden quedar así. 

No se trata de una revancha, sino de un acto de la más elemental justicia: los que la hicieron, que la paguen. 

Seguramente hoy es el día más esperado para Florence Cassez, para el gobierno de Francia, y para millones de mexicanos.

>Y es que de las resoluciones que adopte la Suprema Corte de Justicia dependerá no la libertad para Florence Cassez y el futuro de las relaciones de México y Francia, sino también el tímido renacimiento de la confianza en los órganos de administración de justicia de México.

¿Cómo se puede condenar a una persona en base a testimonios falsos?