Lo que sucedió en Veracruz con el supuesto “levantón” del panista Carlos Alberto Valenzuela, sigue generando confusión.

Para algunos fue la sombra de la derrota que trae tan nervioso a Gustavo Madero, lo que lo motivó a denunciar que un candidato de su partido había sido secuestrado en Boca del Río.

Sin embargo, más se tardó el presidente del PAN en hacer la denuncia que la procuraduría general de justicia de Veracruz en desmentirlo.

Las autoridades dijeron que el candidato estaba sano y salvo en su casa de la colonia Villa Rica.

Cada vez son más los panistas que creen que Acción Nacional sufrirá una de las más grandes derrotas de su historia en las elecciones del próximo domingo.

Y no es que el pesimismo de estos panistas esté fundado en las encuestas, sino que el desánimo está creciendo por las declaraciones que ha hecho el presidente de su partido.

Para Madero, la reunión entre Miguel Osorio Chong y los gobernadores priistas para exhortarlos a que se abstengan de hacer trampas, solo ha sido un ejercicio mediático sin consecuencia alguna.

No está mal que la editorial del  semanario de la Arquidiócesis de México, que gobierna el cardenal  Norberto Rivera, se exija que se acaben “los paraísos autónomos de los gobernadores” como medida para abatir la corrupción de los mandatarios estatales. 

En cambio lo que sí está muy mal es que “Desde la FE” se señale como solución “un mayor control de la federación para acabar con estas prácticas nefastas que se realizan al amparo de una arcaica autonomía constitucional de los estados”.

Como parte de la estrategia maderista para anular a los senadores calderonistas, 58 panistas iniciaron ayer un movimiento para pedir a los rebeldes que renuncien al partido y a la Senaduría, si es que ya no se “identifican con la ideología y con el orden institucional del PAN”.

Y ni modo de no darles la razón a los del #SomosMásde23, porque ciertamente muchos de esos 23 son Senadores gracias a que Felipe Calderón los palomeó como plurinominales, o para que ocuparan la primera posición en las fórmulas de candidatos al Senado.

Todo apunta a que el exsecretario particular de Felipe Calderón, Roberto Gil, recibió una contraorden de última hora del general Calderón para que no haya rendición.

Contrario a sus declaraciones del lunes, el vocero de Felipe Calderón volvió a la carga contra las huestes maderistas.

En el reinicio unilateral de hostilidades, el senador plurinominal la emprendió ayer contra el senador José María Martínez, acusándolo de no aceptar el estatuto aprobado por los calderonistas.