¿Una velada musical en el Tropicana? ¿Un mojito en la Bodeguita del Medio? ¿Un paseo por el malecón habanero durante el atardecer? ¿Un recorrido por el Museo Hemingway? ¿Un chapuzón en una playa paradisiaca de Varadero?

Hoy como nunca los placeres que ofrece Cuba al turismo mundial y su valiosa historia están más cerca de los viajeros y turistas regiomontanos.

La magia de la isla caribeña está a un poco más de dos horas de Monterrey.

Desde hace dos meses la aerolínea mexicana Interjet puso en operaciones un vuelo directo de Monterrey a la ciudad de La Habana.

Los políticos de Nuevo León aprovecharon la Navidad para difundir sus saludos navideños y sus buenos deseos para los ciudadanos, pero también para recetar incrementos en los impuestos que pagan los contribuyentes.

A través de las redes sociales, los gobernantes registraron sus recorridos navideños realizados el 24 de diciembre.

El gobernador Rodrigo Medina, junto con su esposa Gretta Salinas, llevó regalos y juguetes a los niños del Hospital Materno Infantil y visitó además un asilo y la casa hogar La Gran Familia.

Monterrey forma parte de la ruta más peligrosa y violenta que recorren los migrantes centroamericanos que cruzan México a bordo de “La Bestia” con destino a los Estados Unidos.

Pero a su vez es la ciudad que presenta menos riesgos para los indocumentados que pretenden llegar a la frontera encima de los trenes cargueros.

Monterrey es una ciudad trampolín y la estancia menos peligrosa para los migrantes.

En la red puede verse un video en el que un hombre salta por la ventana de un segundo piso, luego de fumar la Salvia Divinorum.

Otro en el que un grupo de jóvenes trata de controlar a uno de sus amigos que apenas luego de fumar se escurre por un sillón hasta el piso y pierde el conocimiento.

Solamente hace falta ver estos videos para percatarse que esta droga requiere de regulación y que puede ser peligrosa si se consume al volante, en un lugar abierto o sin la presencia de otros que controlen los alucinantes comportamientos que produce.

El espíritu malévolo del Grinch invadió con austeridad visual las calles de Monterrey.

Avenidas que en otros años lucen coronas iluminadas y pinos, como Constitución, Morones Prieto, Padre Mier, Zaragoza y Zuazua, esta vez no fueron decoradas por falta de presupuesto.

Ni Santas, ni regalos, ni luces, ni estrellas, ni monos de nieve. Así lucen las calles incluyendo la Macroplaza, en la que muy apenas se colocó un pino navideño muy austero junto con los pocos adornos que se montaron en el primer cuadro de la ciudad.