Los gobiernos de las entidades federativas siguen contando con un amplio margen para la manipulación o el maquillaje de los registros delictivos que publican: una vía simple y útil para retocar la fotografía de su criminalidad al gusto del gobernador en turno.
El reciente caso que documentó en Nuevo León el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad, demuestra que un gobierno local bien puede mantener bajo la alfombra más de 171 mil delitos, sin aparecer durante años en su incidencia, y sin contrapesos que lo detecten e impidan.
Luis Herrera