El nombramiento del general Cuauhtémoc Antúnez Pérez como mando de la Secretaría de Seguridad Pública estatal pone sobre la mesa cinco retos en materia de seguridad.

Se trata de la presencia de los carteles, el aumento de robo a negocios, el uso de armas de fuego en asaltos, cuestionamientos de organizaciones civiles y estudiantiles por su nuevo cargo, y la preocupación ante la militarización de la secretaría.

Los negocios del área metropolitana han tenido un año difícil en materia de seguridad, tras ser el objetivo principal de la delincuencia común que opera a diario en la entidad.

Genaro Ochoa Corona, propietario de un negocio de reparación de sombreros, ha vivido en carne propia la ola de robos.

Su negocio ha sido asaltado en cinco ocasiones entre el 2014 y lo que va del 2015.

Los compromisos salieron a relucir en varias direcciones y subsecretarías.

Un ejemplo está en la figura de Fernanda Elvira Villafranca Aguirre, quien tiene experiencia en la Procuraduría de Justicia de Nayarit.

Ahora en Nuevo León estará como subsecretaria de Desarrollo Político.

Este nombramiento deja la posibilidad de que el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, haya sugerido este personaje  a su amigo y colega, el gobernador Jaime Rodríguez.

Si controlar una administración estatal emanada de un mismo partido es complicado, ahora con un Gabinete con perfiles distintos luce aún más difícil.

El gobernador Jaime Rodríguez Calderón pactó compromisos con muchas fuerzas políticas para derrotar a la partidocracia en las pasadas elecciones.

Al armar su Gabinete estatal lo hace con personajes que en su mayoría arrastran un pasado partidista.

Algunos militaron en el PRI, otros en el PAN, hay independientes, algunos proceden de la Iniciativa Privada y otros del ambiente académico.

El nombramiento de Fernando Elizondo Barragán como coordinador ejecutivo del Gabinete abre la posibilidad de una disputa por el control del gabinete estatal.

¿Por qué? De entrada existirán dos liderazgos con perfiles muy distintos hacia el interior del “Bronco Team”: uno con espíritu empresarial y otro con esencia política.

Y ambos contarán con influencia muy similar hacia los funcionarios del gabinete estatal.