Con asombrosa velocidad, Egipto ha pasado de ser una nación en crisis a un estado en verdadero peligro de caer en un prolongado episodio de violencia e incluso en una guerra civil.
Tras la revuelta del 2011 que derrocó al autocrata Hosni Mubarak, las cosas no han sido fáciles. Demasiados grupos tratando de mantener el poder o de alcanzarlo.
Con las primeras elecciones democráticas del país y la victoria de Morsi el país tampoco logró una estabilidad sólida.
Indigo Staff