Así, los avances en transparencia, competencia económica y en materia electoral son más que cuestionables, a pesar de estadísticas amañadas y de forzados reconocimientos, comprados o cabildeados por quienes operan las madejas de intereses en esos sectores.
Son las cuotas, los apadrinados comisionados y consejeros, los que llegan con ínfulas de pureza a la silla, pero que al más mínimo análisis, muestran rasgos que, lejos de confirmar su nominación, aseguran la captura de los órganos reguladores del Estado.
Gabriel Reyes Orona