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La guerra será televisada

Declarar o frenar una guerra ha dejado de ser esa acción que se decidía a puerta cerrada.

Ahora pareciera que los líderes políticos prefieren abrir el debate al público a través de la televisión y así ganar adeptos a su causa bélica.

Tal es el caso de la guerra en Siria, en la que tanto el presidente estadounidense Barack Obama como su homólogo sirio Bashar al Assad se han lanzado en la pantalla chica a anunciar los pasos que sus respectivos gobiernos tomarán.

1,400
personas murieron en el ataque 
con armas químicas del 
21 de agosto en Damasco
Siria cambió su discurso y dijo que posiblemente acepte entregar el control de sus armas químicas a autoridades internacionales
http://youtu.be/_d5uxsx7Phw

Declarar o frenar una guerra ha dejado de ser esa acción que se decidía a puerta cerrada.

Ahora pareciera que los líderes políticos prefieren abrir el debate al público a través de la televisión y así ganar adeptos a su causa bélica.

Tal es el caso de la guerra en Siria, en la que tanto el presidente estadounidense Barack Obama como su homólogo sirio Bashar al Assad se han lanzado en la pantalla chica a anunciar los pasos que sus respectivos gobiernos tomarán.

El mandatario norteamericano inició esta semana con una campaña mediática para convencer al Congreso de que las Fuerzas Armadas de EU deben intervenir en la guerra civil siria. 

Por otro lado, Al Assad rompió el silencio con los medios occidentales este domingo al conceder una entrevista a Charlie Rose de la cadena norteamericana CBS, en la que negó toda acusación de haber perpetrado un ataque con armas químicas contra su población.

La confrontación vía medios de comunicación sufrió un giro rotundo este lunes cuando el gobierno sirio anunció que considerarán la opción de entregar sus armas químicas a autoridades internacionales.

Mismo canal, diferentes objetivos

A pesar de que ambos jefes de Estado han llevado la discusión del conflicto a la televisión, los objetivos de cada uno distan de encontrarse.

Obama tenía planeado presentarse en tres cadenas de televisión para persuadir a la opinión pública de que lo apoyasen.

Sin embargo, con el cambio de discurso del gobierno de Al Assad, Obama tuvo que dar marcha atrás y anunciar que pondrá en pausa su campaña a favor del ataque.

Se espera que hoy dé un anuncio desde la Casa Blanca, el cual estará lejos de las intenciones bélicas que manejó las últimas semanas.

En días previos, el discurso de Obama era insistente: quería intervenir en Siria a como diera lugar, pero con la aprobación del Congreso.

Un oficial de su administración, entrevistados por The Washington Post, argumentó que el mandatario cree que no castigar a Bashar al Assad del ataque con gas sarín a civiles de un barrio de Damasco el pasado 21 de agosto reforzaría el peso del régimen en la guerra y el de sus aliados Hezbolláh, grupo militar y político libanés, e Irán.

La situación ya era bastante adversa para el presidente ya que un amplio sector del Congreso y de la población están en desacuerdo con una intervención militar.

Según una encuesta de la firma Gallup, uno de cada dos estadounidenses se oponen a la propuesta de atacar punitivamente objetivos del gobierno sirio, opción que parece hacerse a un lado con el nuevo anuncio.

Solamente el 36 por ciento de los encuestados dijo apoyar la propuesta de Barack Obama, aprobación muy lejos de la mostrada en otras guerras como la de Irak y Afganistán.

Más de un 60 por ciento de la población respaldó en su momento las invasiones a territorio afgano e iraquí.

En la Cámara de Representantes y el Senado, el panorama no era muy diferente.

A pesar del espaldarazo de importantes líderes de la oposición como el republicano John Boehner –presidente de la Cámara Baja– y John McCain –excandidato a la presidencia en 2008– al presidente, la mayoría de los legisladores se plantearon en contra de la medida militaro se mostraron  indecisos.

Un minúsculo porcentaje del Congreso han dieron su apoyo al presidente como las demócratas Dianne Feinstein y Nancy Pelosi, el republicano Eric Cantor, entre otros.

Obama se topó incluso con “fuego amigo”, ya que muchos miembros de su partido rechazaron respaldarlo.

Actualmente, solo 49 de los 433 congresistas estaban del lado de la intervención por la que Obama apostaba hasta la tarde de este lunes.

De haberse continuado con esta campaña, la resolución hubiera fracasado si 217 miembros de la Cámara votaran en contra o si 41 senadores aplicaran la táctica del “filibustero”.

Esta medida es una estrategia política en la cual se bloquea un proyecto de ley en la Cámara Alta a través de un discurso de larga duración, ya que las reglas del Senado no imponen límites de tiempo.

Gran parte de la negativa del Congreso y del público se debe a la falta de información que ha brindado el Ejecutivo de las presuntas evidencias que colocan a Al Assad como el culpable del ataque con armas químicas, en el que murieron mil 400 personas, incluidos niños y mujeres.

Hace un año, Obama “trazó” una línea roja al mandatario sirio –el empleo de armas químicas contra la población– que, de ser cruzada, obligaría a EU a considerar una intervención en el conflicto.

Por su parte, Bashar al Assad hizo campaña para evitar el acercamiento bélico de Estados Unidos a su país. 

En una sorpresiva entrevista a CBS, Al Assad no se amedrentó ante las anteriores intenciones de Obama y dijo que si EU ataca Siria, los norteamericanos pueden esperar “cualquier cosa” de su parte. 

Asimismo, negó estar involucrado en el ya nombrado ataque del 21 de agosto.

“No hay evidencias de que usé armamento químico contra mi propia gente”, comentó el mandatario alawita que acumula casi 13 años en el poder a Charlie Rose.

Rusia obliga a cambiar el cálculo

En un giro completo de la guerra, Siria reaccionó positivamente a la propuesta hecha por Rusia de que deje sus armas químicas en manos de monitores internacionales.

De concretarse, esta medida frustraría la estrategia de Barack Obama, enfocada en dirigir sus ataques a complejos militares en los que se comprobara hay armamento químico.

El canciller sirio Walid al Moalem dijo que su país abraza la propuesta hecha por Moscú con el fin de evitar la intervención estadounidense, de acuerdo a reportes de The Associated Press.

Esta declaración causó reacciones en la Secretaría de Estado de EU, que se dijeron “seriamente escépticos” ya que “todo lo que (Al) Assad ha hecho en los últimos dos años y antes ha sido una negativa a poner sus armas químicas bajo el control internacional”, declaró la vocera Marie Harf en conferencia de prensa.

La TV, la guerra y los presidentes

Franklin D. Roosvelt

El entonces presidente de Estados Unidos llamó el ataque japonés a Pearl Harbor un día “de infamia” para la nación. Japón pagaría caro dicha afrenta.

George W. Bush

Con el 9/11 a sus espaldas, Walker Bush dio a conocer a través de las pantallas televisivas que su Ejército invadiría Irak para “liberar a su gente” y derrocar a Sadam Hussein.

George H. W. Bush

El padre del antecesor de Obama envió las tropas al Golfo Pérsico para “defender” a Estados Unidos y lo dio a conocer ante el Congreso.

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