Ventilan en Texas pacto de Mauricio
La sospecha de siempre sobre las relaciones peligrosas de Mauricio Fernández con el Cártel de los Beltrán Leyva se ventiló ayer en un juicio en Texas.
La declaración de un integrante del “Grupo Rudo” en la Corte de Distrito Norte del estado de Texas ligó al alcalde de San Pedro con esta organización vinculada al Cártel de los Beltrán Leyva.
Jesús Gerardo Ledezma Campano, de 23 años, aseguró que este grupo de inteligencia fue un invento del alcalde sampetrino para establecer la paz en el municipio en la época más difícil de la lucha contra la delincuencia organizada.
Jesús PadillaEn Texas se realiza el juicio a tres personas acusadas de ejecutar en el 2013 a Juan Jesús Guerrero, abogado del Cártel del Golfo
La sospecha de siempre sobre las relaciones peligrosas de Mauricio Fernández con el Cártel de los Beltrán Leyva se ventiló ayer en un juicio en Texas.
La declaración de un integrante del “Grupo Rudo” en la Corte de Distrito Norte del estado de Texas ligó al alcalde de San Pedro con esta organización vinculada al Cártel de los Beltrán Leyva.
Jesús Gerardo Ledezma Campano, de 23 años, aseguró que este grupo de inteligencia fue un invento del alcalde sampetrino para establecer la paz en el municipio en la época más difícil de la lucha contra la delincuencia organizada.
“El alcalde multimillonario, Mauricio Fernández, quería que la gente pensara que mantuvo la paz asociando una fuerza secreta de cientos llamados el ‘Grupo Rudo’, o el ‘Grupo Áspero’. La idea era que se necesitaban algunos tipos malos para mantener a los malos a raya.
“Pero, de hecho, el ‘Grupo Rudo’ tenía sólo cuatro miembros principales incluyendo a Jesús Gerardo Ledezma Cepeda (su padre), el alcalde Mauricio Fernández y el jefe de la policía de San Pedro (Luis Cortés)”, dijo Ledezma Campano en su comparecencia, cita The Dallas Morning News.
Según el testimonio de Ledezma Campano, el alcalde de San Pedro tenía contactos dentro del Cártel de los Beltrán Leyva, pues compraba información de inteligencia para evitar secuestros, balaceras y ejecuciones en tierras sampetrinas.
“El ‘Grupo Rudo’ tenía contactos dentro del Cártel de los Beltrán Leyva que compraron Información”, cita el rotativo.
Jesús Gerardo Ledezma Campano se convirtió en testigo protegido de Estados Unidos para declarar en contra de su padre, Jesús Gerardo Ledezma Cepeda, por el crimen del narcoabogado Juan Jesús Guerrero.
Ledezma Campano agregó que su padre era amigo de dos de los hermanos que dirigían el Cártel de los Beltrán Leyva, Arturo y Héctor, quienes habrían colocado como jefe de plaza en San Pedro a Alberto Mendoza Contreras “El Chico Malo”.
La captura de este capo se realizó en el 2010 por elementos de la Marina en la colonia Fuentes del Valle, donde también fue aprehendido Hugo López Reyes.
Durante el operativo, los marinos decomisaron equipo de espionaje de alta tecnología.
Para Ledezma Campano, “El Chico Malo” era como su tío, por la gran amistad que tenía el capo con su padre.
En el estrado durante su juicio en Estados Unidos, Ledezma Campano reveló que el alcalde Mauricio Fernández Garza sabía dónde vivió “El Chico Malo” en San Pedro, antes de que fuera capturado por elementos de la Marina.
Blinda municipio
La declaración de Jesús Gerardo Ledezma Campano en su juicio en Texas reveló que el alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández Garza, habría pacto con el Cártel de los Beltrán Leyva para blindar su municipio.
“Formó un pacto con el Cártel de los Beltrán Leyva para mantener la paz en su ciudad”, dijo el procesado.
La negociación ocasionó que esta organización tuviera “rienda suelta” en la distribución de droga en San Pedro.
Se informó que tras la detención de “El Chico Malo”, el Cártel de los Beltrán Leyva le dio a Rodolfo Villarreal “El Gato” la plaza de San Pedro.
Ledezma Campano, por sus conocimientos en tecnología y programador de rastreadores electrónicos, comenzó a trabajar para “El Gato”, y su primera encomienda fue ubicar al entonces jefe de la Policía de San Pedro, Luis Cortés, asesinado en 2011 en San Nicolás.
Los abogados de “Los Ledezma” han argumentado que sus clientes fueron obligados a realizar el trabajo ante amenazas a la seguridad de su familia.
