Slim se sube al tren

Donde pone el ojo, pone la chequera.

A través de su empresa CICSA, Carlos Slim se forma en la fila para subirse al tren de la licitación para la construcción del Transpeninsular que correrá de Mérida, Yucatán, a Punta Venado, en Quintana Roo.

Con su boleto en la mano también están las empresas de la rama industrial ICA y OHL.

160
Kilómetros por hora es a la velocidad que viajaría el tren

Donde pone el ojo, pone la chequera.

A través de su empresa CICSA, Carlos Slim se forma en la fila para subirse al tren de la licitación para la construcción del Transpeninsular que correrá de Mérida, Yucatán, a Punta Venado, en Quintana Roo.

Con su boleto en la mano también están las empresas de la rama industrial ICA y OHL.

Para este proyecto –que forma parte de los compromisos de gobierno de Enrique Peña Nieto- se tiene contemplada una inversión de 13 mil millones, dinero que se dividirá en cuatro contratos: Construcción, adquisición material electromecánico, operación de la línea  y dirección del proyecto.

En la parte de obra pública, la empresa de Slim -que forma parte de su consorcio Grupo Carso- es hasta ahora una de las favoritas en obtener un jugoso contrato para esta licitación.

La pelea será dura, pues empresas de por lo menos seis países están interesadas en participar en la construcción de la infraestructura ferroviaria.

Si quiere ir solo en la licitación, Slim tendrá que erogar 7 mil 913 millones de pesos, que es el costo total para la obra civil.

Para los subsistemas electromecánicos y equipo rodante, se requerirán más de 5 mil millones de pesos.

Se apuntan los extranjeros

Para participar en la licitación de equipamiento para esta red ferroviaria, que abarcará 336 kilómetros, ya se apuntaron la empresa canadiense Bombardier, la francesa Vinci -que es apoyada por el Grupo Asur-, CAF de España y Alston de Francia.

Pero a la lista se suman también consorcios alemanes, franceses, españoles, ingleses, italianos, japoneses y –por supuesto- chinos.

La ruta misteriosa

El trazo de la primera fase del Tren Transpeninsular, en su modalidad carga y pasajeros,aun no se conoce y se hará pública  hasta después del primer semestre de este año. 

El tramo Mérida-Punta Venado (la primera en la que se trabaja) incluirá los tramos Cancún-Punta Venado-Tulum; Mérida-Campeche con ramal a Uxmal y Mérida-Progreso.

Sin embargo, senadores y diputados federales han cerrado filas para apoyar una propuesta de empresarios de cambiar la ruta del tren de Mérida-Punta Venado a Mérida-Cancún, con el fin de aprovechar el potencial turístico que representan 16 millones de pasajeros al año en el aeropuerto de ese destino.

Por lo pronto, el Gobierno Federal ya definió el derecho de vía ferroviario que existe en el tramo de 142 kilómetros entre Mérida y Valladolid y que comprende el 42 por ciento de la extensión total.

También quedó determinada la adquisición de nuevo derecho de vía en el tramo Valladolid– Chichén Itzá – Punta Venado, en la Riviera Maya, la cual consiste en 193.4 kilómetros y comprende el 58 por ciento restante.

El Transpeninsular podrá desplazar 11 mil 213 pasajeros diarios, más de 4.92 millones al año y 17 mil 540 toneladas/día.

El tren de pasajeros

El diseño del tren de pasajeros contempla tres terminales: una en Mérida y dos en Punta Venado.

Una para dar servicio a la Terminal de Cruceros y otra para atender flujos de pasajeros que accederían al tren por Cancún- Tulum.

Se usarán trenes que operen a base de diesel y tecnología de punta para alcanzar 160 kilómetros por hora.

Además de la rentabilidad en el tramo turístico, en materia de carga uno de los insumos más importantes serán los petrolíferos, la gasolina, el diesel y el combustible para las aeronaves del aeropuerto de Cancún.

El tramo Mérida-Valladolid desarrollará una vía alterna para comunicar la Riviera Maya con Chichén Itzá.

Y Punta Venado conectará Cancún y Tulum a la altura de Playa del Carmen, más un tercer corredor que iría directo de Cancún a Tulum.

¿Y la ecología?

A principios de marzo de este año, Ricardo Gómez Lozano señaló que era preocupante la premura con la que se emitió el resolutivo de los estudios ambientales.

El director regional de la Península de Yucatán y el Caribe de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) indicó a medios locales que el tiempo mínimo para este trámite es de 60 días ante la Semarnat, pero se efectuó en 10 días. 

Por eso, dijo, no tuvieron tiempo de solicitar el proyecto para su revisión y determinar si afectaría algún Área Natural Protegida, dijo.

El director regional pidió analizar a detalle para conocer si se contemplan los pasos de animales y evitar que se destruya el ecosistema en la zona.

“Hay que tener cuidado para evitar que un proyecto económicamente importante para la región y detonación de bienestar, no impacte a las poblaciones locales”, señaló en aquella ocasión.