La semilla de la discordia
La semilla con la que se podrían sembrar en México 10 millones de hectáreas de maíz transgénico pende de un hilo.
Este jueves 28 de agosto, el Décimo Tribunal Colegiado en materia civil del Distrito Federal resolverá uno de los 16 amparos interpuestos por empresas y dependencias de gobierno federal.
Los recursos judiciales buscan dejar sin efecto la medida cautelar en contra de que se autoricen 84 permisos comerciales para siembra de este grano, la cual fue dictada el 20 de diciembre pasado por el magistrado Jaime Marroquín Zaleta.
Peniley Ramírezhttp://youtu.be/kwOfFJharbU
La semilla con la que se podrían sembrar en México 10 millones de hectáreas de maíz transgénico pende de un hilo.
Este jueves 28 de agosto, el Décimo Tribunal Colegiado en materia civil del Distrito Federal resolverá uno de los 16 amparos interpuestos por empresas y dependencias de gobierno federal.
Los recursos judiciales buscan dejar sin efecto la medida cautelar en contra de que se autoricen 84 permisos comerciales para siembra de este grano, la cual fue dictada el 20 de diciembre pasado por el magistrado Jaime Marroquín Zaleta.
El amparo que resolverán este jueves los magistrados María del Carmen Arroyo, Marco Antonio Rodríguez y Luis Gilberto Vargas no está exento de presiones.
Apenas el 14 de agosto otro Tribunal Colegiado liberó al magistrado Marroquín de una acusación de falta a la ética judicial, que había promovido la compañía Monsanto desde que este dictó la medida cautelar.
Con este antecedente, el Colegiado en materia civil analizará la solicitud de amparo que interpuso la compañía Syngenta Agro, una de las que están en la lista de espera para las autorizaciones de siembra comercial.
El 20 de diciembre el magistrado Jaime Marroquín Zaleta determinó que debía ponerse una medida cautelar sobre el otorgamiento de permisos para la siembra comercial de los granos transgénicos.
La medida no podía levantarse “porque el riesgo es irreparable”, explicó a Reporte Indigo el abogado de Colectivas, A.C., René Sánchez Galindo.
La compañía Monsanto se inconformó y acusó al magistrado de haber faltado a la ética judicial.
En abril de este año, Adelita San Vicente Tello, como representante de las organizaciones en contra de los transgénicos, presentó sus alegatos a favor del magistrado.
Consideró que Marroquín Zaleta había coincidido con el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.
De acuerdo con el documento, ya publicado en mayo por la revista Proceso y cuya copia también obtuvo Reporte Indigo, tanto el magistrado Marroquín como el Colegiado coincidieron en la misma causa:
“La sola o mera posibilidad de que se afecte el medio ambiente es suficiente para mantener vigente la medida cautelar”.
Una de las principales armas de las organizaciones civiles fueron varios estudios científicos de las Universidad de Berkeley, la UNAM, la Universidad de Sinaloa y varias dependencias gubernamentales, los cuales revelaron la presencia de rastros de transgénicos cultivos de maíz en Oaxaca, Veracruz, Chihuahua y Guanajuato.
Esto significaba, según ellos, la prueba de que la siembra experimental de estas semillas podría acarrear consecuencias ambientales a muchos kilómetros de donde se estaba realizando.
La estrategia judicial de Monsanto hasta ahora ha resultado fallida.
La compañía buscó entonces un amparo en contra de la medida cautelar, basándose en la presunta falta de ética judicial de Marroquín Zaleta.
El 12 de junio, el magistrado Armando Cortés Galván reiteró que no había lugar para el amparo a favor de la compañía.
El caso se remitió entonces a revisión por parte del Tercer Tribunal Colegiado en materia civil en el DF.
El 14 de agosto, los magistrados Víctor Mota Cienfuegos y Neófito López Ramos aprobaron por unanimidad el proyecto de la magistrada Laura Díaz Jiménez, que confirmó la negativa de amparo en contra de Monsanto.
El constitucionalista Sánchez Galindo asegura que Monsanto ya no puede ir a la Corte para buscar ampararse en contra del magistrado Marroquín Zaleta, ya que la revisión es la última etapa.
Los demás amparos
En los próximos tres meses, varios tribunales colegiados resolverán otros seis amparos en revisión que se han promovido en contra de la medida cautelar que detuvo el otorgamiento de los permisos para los transgénicos.
La estrategia judicial a favor de los permisos incluye ya 16 amparos, 15 revisiones, 9 incidentes de suspensión, ocho quejas, siete revocaciones, cinco apelaciones, cuatro disconformidades y una revocación.
La organizaciones civiles ha demandado a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a Monsanto Comercial, Semillas y Agroproductos Monsanto, Syngenta Agro, Dow Agrosciences de México, y PHI México (Pioneer – Dupont).
¿Qué son?
Un organismo modificado genéticamente (OGM o transgénico) es aquel al que se le ha modificado su ADN.
Con técnicas de ingeniería genética, se le introduce un gen, que es un trozo de ADN responsable de la síntesis de una proteína.
El objetivo es que esa proteína confiera a la planta alguna propiedad: mayor resistencia a las plagas e infecciones, o que soporte una mayor cantidad de herbicidas. Así, mejora el rendimiento de los cultivos.
A favor
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 20 respuestas a las preocupaciones sobre los alimentos transgénicos, afirmó que no se han demostrado riesgos para la salud humana en aquellos países en que están comercializados.
La organización añadió se han evaluado minuciosamente y que los cultivos tradicionales nunca se vigilan con tanto rigor.
En contra
Greenpeace define un transgénico como un ser vivo creado artificialmente con una técnica que permite insertar genes de virus, bacterias, vegetales, animales e incluso de humanos.
“Esta técnica permite a los biotecnólogos saltarse la selección natural al intercambiar genes entre especies e incluso reinos que naturalmente no podrían cruzarse”.
La lucha contra los transgénicos
Adelita San Vicente Tello, presidenta de la Fundación Semillas de la Vida A.C, consideró que Monsanto busca presionar al Poder Judicial de la Federación con el argumento de la falta de ética del magistrado Jaime Marroquín Zaleta.
En un reportaje publicado por la revista Proceso el primero de mayo de este año, relató una serie de antecedentes de resistencia a la siembra de semillas transgénicas de Monsanto.
“En cada continente hay comunidades que están luchando contra los transgénicos y a favor de la soberanía alimentaria ya que, la siembra de cultivos transgénicos destruye la importante diversidad de los cultivos nativos, homogeneiza los alimentos y suprime los sabores y culturas locales”, detalló.
Como ejemplos, se resaltó que en India se aplicó una moratoria al cultivo de berenjena transgénica, la cual ha devenido en el movimiento ¡Monsanto, fuera de India!
En Brasil, un movimiento campesino “continúa promoviendo iniciativas de soberanía alimentaria alternativas”, según el alegato.
También en Perú se aprobó una moratoria de 10 años.
La sociedad civil también relató que en Haití hubo movilizaciones en contra de la donación de semillas híbridas de Monsanto, y en Argentina se frenó la instalación de una fábrica de la compañía.
“Monsanto y otras empresas de biotecnología también están enfrentando demandas judiciales en Estados Unidos, entre ellas juicios con los que se pretende evitar que los cultivos transgénicos se propaguen en refugios nacionales de vida silvestre”, agregó la Fundación Semillas de la Vida A.C.
Importados sí, de casa no
Por Indigo Staff
En el ciclo 2013-2014, México importó 13 millones 766 mil toneladas de productos agrícolas transgénico.
Sin embargo, mantuvo restricciones y un bajo fomento al cultivo de organismos genéticamente modificados en el país.
De acuerdo a cifras oficiales, de ese total, 56.7 por ciento correspondió a compras de maíz.
Paradójicamente el producto más importado, es el más cultivado por los agricultores mexicanos.
“De manera irónica, las importaciones de maíz provienen de países que producen principalmente cultivos genéticamente modificados, como Estados Unidos y Sudáfrica”, dijo Adriana Otero, analista del Departamento de Agricultura de Estados Unidos a El Financiero.
En ese mismo ciclo se importaron otros tres productos genéticamente modificados: soya (3 millones 450 mil toneladas), canola (1 millón 480 mil toneladas) y algodón (1 millón 36 mil toneladas).
Los riesgos
La OMS ve tres principales riesgos en los alimentos transgénicos:
1. Que produzcan alergias
2. La transferencia genética, o sea, que el gen introducido salte a las células de la persona o a las bacterias que hay en el tracto digestivo y se transfirieran, por ejemplo, genes que confieren resistencia a antibióticos.
3. Que los genes se desplacen a cultivos convencionales o especies silvestres relacionadas o que se mezclen los cultivos tradicionales y los modificados genéticamente.