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La lucha armada llega al Senado

En Michoacán, sigue sin resolverse el problema de las autodefensas. 

Mientras el gobernador Silvano Aureoles insiste en que esos grupos deben ser historia; Hipólito Mora, jefe fundador del movimiento busca que el Senado de la República cree una comisión, que además de investigar la actuación de la Policía federal implicada en la muerte de algunos autodefensas, admita los reclamos de los civiles alzados en armas.

El partido Movimiento Ciudadano ha dispuesto un equipo jurídico para ayudar en la defensa de Mireles
Hipólito Mora insiste que no es momento de desarticular las autodefensas y no descarta  su retorno a las armas

En Michoacán, sigue sin resolverse el problema de las autodefensas. 

Mientras el gobernador Silvano Aureoles insiste en que esos grupos deben ser historia; Hipólito Mora, jefe fundador del movimiento busca que el Senado de la República cree una comisión, que además de investigar la actuación de la Policía federal implicada en la muerte de algunos autodefensas, admita los reclamos de los civiles alzados en armas.

Mora ha optado por llevar la lucha armada de las autodefensas al plano político del país. Ha volteado hacia el poder legislativo. Ha comenzado una ronda de diálogos con un grupo de senadores, a fin de exponer la realidad que se vive en Michoacán, más allá del discurso oficial.

Su reclamo va en dos vías; que se hagan investigaciones a posteriori sobre la muerte de una veintena de autodefensas, en donde cabe la presunción de actos extrajudiciales y que se busque una salida al conflicto armado que se vive en Michoacán, donde parte fundamental sería la liberación de los autodefensas encarcelados, entre ellos José Manuel Mireles y Semeí Verdía Zepeda.

A lo anterior se suma la actuación de Mireles, aunque preso, no ha sido anulado como líder del movimiento de autodefensas en Michoacán. Mantiene el contacto permanente con los principales comandantes de región y jefes de grupo de toda la zona en conflicto. Les hace llegar audios, cartas y recados, a través de su hermana, la doctora Virginia Mireles y diversos contactos. 

En el último mensaje de audio que les hizo llegar desde la prisión, el jefe fundador instruye directamente a los grupos de autodefensa de Apatzingán para que cierren la plaza. 

Pide que se organice todo el pueblo para expulsar “a los malos”, de los que sabe siguen organizados y actuantes, aun cuando el Gobierno estatal, a través del gobernador, asegura que el resurgimiento de los cárteles son solo rumores.

Aureoles ha ido más de allá. Afirma que a la fecha el Cártel Jalisco Nueva Generación no opera en el estado. 

Ha dicho que solo son “rumores” que ese cártel ya se ha posicionado en la entidad. 

Sus dichos los finca en la vigilancia que ha ordenado en los límites del estado con Jalisco, que se encuentran prácticamente sellados.

La postura del Gobierno estatal es compartida por la federación. El general Felipe Gurrola Sánchez, encargado de los operativos de seguridad y movilización de fuerzas federales, ha señalado que en Michoacán no hay cárteles de la delincuencia organizada, solo reductos de las organizaciones que fueron.

Sin embargo, pese a que solo existen reductos de cárteles y no organizaciones criminales de alto impacto, esta semana arribaron 2 mil policías federales para fortalecer los programas de seguridad. 

De esa forma ya son más de 8 mil los elementos desplegados en un estado en donde oficialmente no hay cárteles de las drogas.

Los datos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) son duros y se contraponen al discurso oficial: los Caballeros Templarios operan en 27 de los 113 municipios de Michoacán, mientras que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se aloja en 35 y la Familia Michoacana tiene presencia en más de 20 localidades de la entidad. 

Los grupos de autodefensa solo tienen presencia actualmente en 13 municipios de la zona Costa Sierra Nahua, en donde se ha agudizado la violencia.

La voz que predica en el desierto

Hipólito Mora Chávez, el hombre que tras el encarcelamiento del doctor José Manuel Mireles Valverde asumió la estafeta en la organización de los grupos de autodefensa en Michoacán, busca a toda costa que el movimiento perviva. Aun cuando oficialmente ha dejado las armas, ahora gestiona desde la trinchera política condiciones de apoyo para los civiles armados que luchan contra los cárteles de las drogas en Michoacán.

Ya acudió al Senado de la República y en breve lo hará a la Cámara de diputados. Su bandera –asegura- es la de buscar a toda costa que no se apague el movimiento, porque las condiciones en el estado no son de paz. Comparte la óptica de su amigo el doctor Mireles: no es cierto que el cártel de Los Caballeros Templarios haya sido desarticulado.

Insiste en que no es momento de desarticular las autodefensas.

Ha alzado la voz desde su condición de civil y ex autodefensa, sin descartar en ningún momento el retorno a las armas, bajo el pretexto de reclamar la liberación del doctor José Manuel Mireles y otros autodefensas que a la fecha se encuentran encarcelados, todos acusados del delito grave de portación de armas, “cuando el único delito que cometieron fue defender a su pueblo de las garras del crimen organizado”.

Hipólito Mora Chávez ya se reunió con algunos senadores, y lo seguirá haciendo. Plantea la necesidad de una ley de amnistía para todos los autodefensas presos. Ha pedido que se cree una comisión que investigue la actuación de la Policía federal frente a posibles ejecuciones extrajudiciales contra miembros de los grupos de autodefensa.

Entre las ejecuciones que Hipólito Mora ha solicitado al Senado que investigue, a través de una comisión, está la de enero en Apatzingán, en donde la Policía federal mató a 16 miembros del grupo de Luis Antonio Torres ‘El Americano’, alzados contra el cártel de los Caballeros Templarios.

Ante los diputados federales, Hipólito Mora llevará el planteamiento para un reconocimiento formal del grupo de autodefensas que se mantiene vivo en el estado. Busca frenar la intención del gobierno estatal y federal de perseguir a los civiles armados, a cuyos líderes se les han girado órdenes de aprehensión por diversos delitos del fuero común.

No descarta la posibilidad de llevar a los senadores –cuyos nombres no han sido revelados, a petición de ellos mismos-, para que dialoguen abiertamente con los grupos de autodefensas.

Sigue Mireles en pie de lucha

Aunque preso, el doctor José Manuel Mireles sigue siendo fundamental en la lucha de los grupos de autodefensa. Hacia principios de año eran 37 los grupos de civiles armados que se mantenían fieles a las instrucciones que pudieran salir desde la cárcel federal de Hermosillo, en Sonora. Algunos ya fueron disueltos a fuerza de persecución por parte de la federación. Se calcula que actualmente solo 20 grupos de autodefensas mantienen comunicación con el fundador del movimiento.

En un audio que circula entre algunos hombres de las autodefensas de la zona de Apatzingán, grabado hace más de cinco días, el líder encarcelado instruye a sus fuerzas en la zona de Tierra Caliente para que no desistan. Les pide que cierren el pueblo y que saquen a todos los malos. En el mensaje prevalece el convencimiento sobre la persistencia del cártel de los Caballeros Templarios en la zona.

Después de ese mensaje que se difundió entre los civiles armados, el propio gobernador Silvano Aureoles Conejo ha reconocido que aún se mantienen activas 12 células criminales de ese cártel, principalmente en la zona de Tierra Caliente y la región de la Costa Sierra Nahua, en donde la movilización de los grupos de autodefensa es más intensa.

Aun cuando la liberación de Mireles sigue incierta, en Michoacán el partido Movimiento Ciudadano, el único que ha tenido acercamiento con los líderes de los civiles armados, le ha apostado a su inocencia. Ha dispuesto un equipo jurídico para ayudar en su defensa. Recientemente hizo un pago de 100 mil pesos al abogado Ignacio Mendoza Jiménez para tal cometido.

El doctor –ha dicho su hermana Virginia Mireles-, está débil físicamente. Sigue hospitalizado dentro de la cárcel federal, se oye cansado, pero animado porque el movimiento no termine hasta que haya paz.

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