La guerra por Chiapas

En Chiapas ya comenzó la guerra electoral y todo indica que una de sus primeras víctimas será la alianza entre el PRI y el PVEM.

Los miembros del PVEM han llamado a su partido a contender solo en las elecciones de esa entidad, que es donde se encuentran más consolidados; incluso el actual gobernador, Manuel Velasco Coello, pertenece a sus filas.

Ante la posibilidad de que el PRI imponga a un candidato si se realiza la alianza, en el PVEM han llamado al rompimiento con el tricolor.

Al interior del PRI también hay amenaza de ruptura.

Dos alas con poder del PRI en Chiapas se disputan el proceso por la búsqueda de la candidatura a gobernador: el senador Roberto Albores Gleason y el exdiputado federal Willy Ochoa
“En Chiapas, los verdes somos la primera fuerza política del estado. Esa fuerza nos permite estar vigentes frente a los tiempos actuales, pero también nos impide aceptar cualquier imposición, venga de donde venga”
Alcaldes y algunos legisladores del PVEM
La guerra que viven el PRI y PVEM podría redituar en que Morena crezca en las preferencias electorales, con el senador Zoé Robledo como posible candidato

En Chiapas ya comenzó la guerra electoral y todo indica que una de sus primeras víctimas será la alianza entre el PRI y el PVEM.

Los miembros del PVEM han llamado a su partido a contender solo en las elecciones de esa entidad, que es donde se encuentran más consolidados; incluso el actual gobernador, Manuel Velasco Coello, pertenece a sus filas.

Ante la posibilidad de que el PRI imponga a un candidato si se realiza la alianza, en el PVEM han llamado al rompimiento con el tricolor.

Al interior del PRI también hay amenaza de ruptura.

Dos alas con poder en el partido y en la entidad se disputan el proceso, la encabezada por el senador Roberto Albores Gleason, cercano al líder del PRI nacional, Enrique Ochoa; y la del exdiputado federal Willy Ochoa, del grupo de Manlio Fabio Beltrones.

En el PVEM también hay competencia por la candidatura a la gubernatura. De un lado, el senador Luis Armando Melgar, consolidado en la cúpula del partido; y del otro, Eduardo Ramírez, diputado local.

Esa guerra podría redituar en que Morena crezca en las preferencias electorales. Todo apunta a que la candidatura de ese partido podría recaer en el senador Zoé Robledo, aunque ahí tampoco hay nada escrito.

Matrimonio por conveniencia

El PVEM se ha caracterizado por ser un partido satélite la mayor parte de su historia.

En el 2000 decide aliarse al PAN para las elecciones y ayudan a llevar a Vicente Fox a la Presidencia de la República. Un año después esa alianza se rompió porque no se cumplieron los acuerdos que habían pactado.

Entonces comenzó la historia de alianzas con el PRI y luego de algunos roces y rompimientos en la elección del 2012 llevaron al poder al presidente Enrique Peña Nieto.

La alianza ha sido no solo en lo electoral, sino en lo legislativo. El PVEM ayudó a los priistas a que fueran aprobadas las reformas estructurales del presidente Peña Nieto, y el PRI hizo lo propio para que el Verde sacara adelante promesas de campaña.

Ahora, el PVEM ya perfila separarse de su aliado tricolor. Hace unas semanas, legisladores de ese partido plantearon la posibilidad de unirse al Frente Amplio de oposición que impulsan el PAN y el PRD.

Lucha por candidaturas

Algunos políticos del PVEM en Chiapas han llamado a la rebelión contra una alianza con el PRI en la que el candidato sea tricolor.

“En Chiapas, los verdes somos la primera fuerza política del estado. Nos respaldan más de 700 mil votantes para ganar las batallas electorales. Esa fuerza nos permite estar vigentes frente a los tiempos actuales, pero también nos impide aceptar cualquier imposición, venga de donde venga”, escribieron una carta, esta semana, los alcaldes y algunos legisladores del PVEM a su Comité Ejecutivo Nacional.

Y es que el PRI, bajo la batuta de Enrique Ochoa, ha trabajado para que la candidatura de una posible alianza en el 2018 recaiga en un candidato de su partido.

Todo indica que esto no será posible y que el PVEM se arriesgará a competir sin alianza el próximo año, sea con el senador Luis Armando Melgar o con el diputado local, Eduardo Ramírez.

En el PRI, la lucha por la candidatura ha reflejado la colisión de dos posturas distintas no solo a nivel local, sino nacional.

Roberto Albores Gleason, senador y quien es presidente del partido en la entidad, ha sido cobijado e impulsado por Enrique Ochoa, a pesar del rechazo de una parte del priismo del estado. Le reprochan provocar la división en las filas del PRI.

Hace unos días, mientras se llevaba a cabo la asamblea estatal del tricolor, un incidente subió los ánimos entre los priistas chiapanecos, pues no se le permitió la entrada al grupo contrario, encabezado por el diputado local Willy Ochoa, también aspirante a la gubernatura.

Willy Ochoa es uno de los políticos más cercanos al expresidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones.

Tierra de desigualdad

Históricamente, Chiapas ha sido uno de los estados con mayor marginación social.

En el 2014, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señaló que el 76 por ciento de la población estaba en situación de pobreza; el 57 por ciento carecía de acceso a los servicios básicos en su vivienda; y el 27 por ciento tenía carencias de acceso a la alimentación.

Es decir, uno de cada cuatro chiapanecos ni siquiera podía comer todos los días.

En Chiapas, el 32 por ciento de su población es indígena. Es en esa entidad donde se gestó el movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en 1994.

El movimiento indígena también ha anunciado que participará, por primera vez, en las elecciones presidenciales. El Congreso Nacional Indígena ha dicho que el próximo año lanzará a María de Jesús Patricio Martínez como su abanderada a la Presidencia de la República.

Pero Chiapas también se ha convertido en el principal bastión del Partido Verde. Manuel Velasco Coello, actual gobernador, milita en ese partido.

Ahora, los priistas ven nuevamente la oportunidad de reconquistar el poder en ese estado. El único problema es que el PVEM no lo dejará ir tan fácil.

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