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Ecocidio monarca

La reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca se encuentra gravemente amenazada por la tala ilegal y la sobreexplotación turística; la primera como consecuencia de la persistente acción de los grupos del crimen organizado y la  segunda por falta de planes de desarrollo sustentable por parte del Gobierno estatal y federal.

El Fondo Mundial pide a México, EU y Canadá a garantizar la conservación de la mariposa y su migración
La alianza WWF-Telcel apoyó al Santuario con casi 50 millones de pesos, mientras que el Gobierno estatal de Michoacán canalizó un fondo de apenas 11 millones de pesos
Vecinos de Angangueo han denunciado que células del crimen organizado talan los bosques de la zona de forma clandestina, por eso los comuneros de los ejidos crearon sus propios grupos de defensa de los santuarios
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La reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca se encuentra gravemente amenazada por la tala ilegal y la sobreexplotación turística; la primera como consecuencia de la persistente acción de los grupos del crimen organizado y la  segunda por falta de planes de desarrollo sustentable por parte del Gobierno estatal y federal.

Los santuarios de El Rosario y Sierra Chincua han visto reducida su área boscosa notablemente, en sólo tres años la superficie de bosques que esa reserva natural ha perdido se cuantifica en casi cinco hectáreas, lo que podría afectar en el arribo de mariposas en los próximos años.

De acuerdo con el último reporte de la Alianza WWF-Telcel y de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanat), las colonias de mariposas que llegan a los bosques michoacanos cada vez es menor, y se ha notado una disminución progresiva desde 1993 a la fecha.

Vecinos de la comunidad de Angangueo, el municipio cercano a la reserva de la Biosfera, dijeron a Reporte Indigo que las células del crimen organizado que suben a los bosques para talar de forma clandestina la zona, no se han detenido, pese a que el Gobierno federal ha anunciado que esos grupos delincuenciales ya no existen.

Por esa razón, los comuneros de los ejidos en donde se asientan los dos santuarios michoacanos han optado por crear sus propios grupos de defensa del bosque, integrando una policía comunal que intenta mantener a raya a los taladores nocturnos, asociados con el cártel de Los Caballeros Templarios.

El otro factor que amenaza con hacer disminuir la presencia de la Mariposa Monarca en los santuarios michoacanos, según dijo José Solario, líder comunal de la zona, es la sobreexplotación turística del lugar, en donde los visitantes que arriban no respetan la zona como el Santuario que es, dejando una mancha ecológica que afecta el entorno de las mariposas.

Entre la última semana de noviembre y la segunda de marzo —periodo en que se mantiene abierto al turismo el sitio de reproducción de la mariposa— se estima que arriban más de 30 mil turistas, muchos de ellos impactan negativamente el entorno con música, tabaco y basura. Ni el Gobierno estatal ni el federal han querido implementar un plan que limite el impacto ecológico del turismo.

Eso ha hecho que sitios como el de El Campanario, en el municipio de Ocampo, en Michoacán, ya comiencen a notar la disminución de mariposas, las que han comenzado a emigrar hacia otros puntos dentro de la sierra que corre entre los estados de Michoacán y el Estado de México, y que aún no han sido ubicadas por los investigadores del fenómeno migratorio.

A la fecha, son seis los santuarios de la Mariposa Monarca que se tienen detectados, dos de ellos se ubican en el estado de Michoacán y otros cuatro en la sierra del Estado de México, en donde se estima que en total son menos de cinco hectáreas de bosque las que albergan colonias, el resto de la zona es considerada como área de amortiguamiento ecológico.

La Mariposa Monarca llega a los santuarios de la sierra de Michoacán y Estado de México después de viajar más de 4 mil kilómetros de distancia. Las mariposas que salen de un sitio a otros nunca llegan a su destino, sin embargo, el ciclo se mantiene irrepetible hasta ahora, en que el lugar de hibernación se encuentra en riesgo.

Oficialmente, dentro de los seis santuarios de mariposas que se conocen en México, cinco se consideran grandes colinas dentro de la reserva de la Biosfera y dos más que se encuentran fuera de la zona considerada como área protegida. El grueso de las colonias ocupan solamente menos de tres cuartos de hectáreas de bosque. La más pequeña de las colonias, que se ubica en la comunidad de Carpinteros, tiene apenas una ocupación de menos de 10 metros cuadrados, pero aun así los ejidatarios las protegen.

Pero a causa de la sobreexplotación maderera, según el registro de los propios pobladores de los santuarios El Rosario y Sierra Chincua, el número de mariposas que se registra este año es notoriamente inferior al del año pasado. De esa forma se mantiene a la baja la cantidad de mariposas que llegan a la zona de Michoacán, las que hace apenas 10 años tupían los pinos en una superficie de más de dos hectáreas, y a la fecha las colonias no cubren ni siquiera una hectárea de bosques.

Pocos recursos oficiales

Pese a la importancia ecológica que representan los santuarios de la Mariposa Monarca, al menos los dos que se encuentran en el estado de Michoacán no cuentan con recursos oficiales suficientes para garantizar el buen cuidado del lugar. Los organismos privados, como Telcel, son los que invierten mayores recursos en la protección.

Solo el año pasado, el Gobierno estatal de Michoacán canalizó apenas un fondo de 11 millones de pesos para apoyar en mejoras de vialidad en la zona, en tanto que los recursos que la alianza WWF-Telcel hicieron fueron de casi 50 millones de pesos, principalmente en cursos de capacitación para los comuneros del lugar.

Los vecinos de los ejidos aledaños al santuario del Rosario reclamaron insistentemente el apoyo del Gobierno estatal para garantizar la seguridad de los bosques, pero la administración michoacana no respondió a la solicitud, por lo que los propios vecinos optaron por crear sus propias rondas de vigilancia para encarar a las bandas de taladores.

Desde la Federación, acusó el comunero Valentín Flores, de la Sierra Chincua, no se ha otorgado mayor apoyo que en difusión para incrementar la presencia del turismo, que si bien se considera que es buena para la economía de los ejidatarios que viven de la prestación de servicios, también se estima nociva para la reproducción de la mariposa.

La última inversión que hizo el Gobierno federal para impulsar la protección de la reserva de la Biosfera en el estado de Michoacán fue en el 2011, cuando se destinó en la construcción del centro turístico, un mercado de artesanías y comidas, que aunque se considera ecológico no deja de impactar el entorno y a la presencia de la Monarca, por la gran cantidad de monóxido de carbono que exhalan las cocinas tradicionales.

Sin control pesticida

Una razón por la que los ejidatarios de El Rosario y Sierra Chincua estiman que el número de Mariposas Monarca ha disminuido notoriamente en los últimos años es el uso desmedido de pesticidas en los campos agrícolas, principalmente en los huertos caseros, donde el control de plagas se lleva a base de químicos.

Los pesticidas utilizados en la producción de guayaba y durazno, principales cultivos de la zona, afectan directamente a la planta llamada algodoncillo, el principal alimento de las larvas de las mariposas, las que llegan a morir también antes de alcanzar la madurez y comenzar el retorno hacia la zona sur de Canadá y Norte de Estados Unidos.

Los  ejidatarios que cuidan los santuarios de El Rosario y Sierra Chincua, dijo Salomón Tuict, han solicitado desde hace más de cinco años de manera casi permanente al Gobierno estatal de Michoacán, que aplique un programa de capacitación sobre herbicidas y pesticidas para los productores agrícolas de los ejidos que se ubican en un radio de 100 kilómetros a la redonda de los santuarios, pero la petición no ha sido escuchada.

De acuerdo con algunos de los ejidatarios del Rosario y Sierra Chincua, se sabe que los agroquímicos utilizados en los campos de cultivo sí afectan a la mariposa, debido a los cambiantes vientos, los que arrecian en el mes de febrero, cuando aún las colonias de mariposas permanecen en sus santuarios.

Cooperación internacional

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) es el principal organismo que se ha mostrado más preocupado por rescatar el entorno del hábitat de la Mariposa Monarca en México. Esa organización es la única que ha alertado sobre la fragilidad ecológica de los santuarios, haciendo hincapié en el avance de la deforestación, por lo que ha urgido –sin respuesta- al Gobierno federal para que ponga en marcha un plan inmediato.

Pese a la advertencia que ha hecho Omar Vidal, director general en México del Fondo Mundial para la Naturaleza, sobre la creciente disminución mariposas en los santuarios Monarca, que se estima que en el periodo 2013-2014 alcanzó el nivel histórico más bajo, no se ha logrado ningún tipo de programa desde la Federación y menos por parte del Gobierno estatal de Michoacán o del Estado de México.

El Fondo Mundial para la Naturaleza sigue impulsando ante los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá, un acuerdo trinacional que desemboque en acciones conjuntas para garantizar la conservación de la mariposa y su fenómeno migratorio, al considerar que ésta “se encuentra en grave riesgo”, y se estima que en caso de desaparecer, un efecto, más allá del biológico, sería dejar a futuras generaciones sin la posibilidad de conocer ese proceso de migración que aún no tiene explicación.