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90 minutos no fueron suficientes

Los números en televisión no mienten, su frialdad es dura pero brinda una perspectiva clara de dónde y cómo estamos parados. El rating es aún el rey que gobierna la comarca del tiempo aire.

El Mundial de Brasil ya es historia, el paraíso para todos los que gustamos del “panbol” finalizó y dejó muchas lecciones por aprender, no solo en términos futbolísticos, sino en el sentido mediático y publicitario.

Los números en televisión no mienten, su frialdad es dura pero brinda una perspectiva clara de dónde y cómo estamos parados. El rating es aún el rey que gobierna la comarca del tiempo aire.

El Mundial de Brasil ya es historia, el paraíso para todos los que gustamos del “panbol” finalizó y dejó muchas lecciones por aprender, no solo en términos futbolísticos, sino en el sentido mediático y publicitario.

Tanto Televisa como TV Azteca echaron la casa por la ventana para ofrecer lo mejor de sus propuestas de programación. En esta ocasión, se apostó por talento joven y echamos de menos a voces que en otro momento fueron imprescindibles como el “Perro” Bermúdez y el mismo José Ramón Fernández, que como buen guerrero legendario tomó aire nuevo y demostró que segundas partes sí pueden ser mejores.

La final en el mítico Maracaná arrojó números que vale la pena analizar: a nivel nacional, Televisa promedió 20.2 puntos de rating y 40.9 de share, mientas que TV Azteca se quedó con 18.0 de rating y 37.8 de share.

Lo anterior puede interpretarse de la siguiente forma: el espectador promedio que sintonizó TV abierta para ver la final lo hizo a través de los únicos medios posibles, pues Televisa y TV Azteca detentan el duopolio de transmisión. 

Sin embargo, dentro de la competencia interna que viven la televisora del Ajusco y la de Chapultepec, la brecha se ha cerrado considerablemente, pues solo son dos puntos los que los separan de un empate.

Recordemos que en la época de José Ramón en TV Azteca, él y su equipo se llevaban siempre la Copa con el mejor rating con una dramática diferencia de entre 5 y 7 puntos. Tras su salida, Javier Alarcón y compañía aprovecharon el sacudimiento de estructuras y tomaron la delantera, pero esa distancia de nuevo se ha reducido.

Esta teoría se comprueba con los números que presenta el rating en el Valle de México: Televisa alcanzó 17.3 puntos de rating, mientas que TV Azteca llegó a promediar 22.9 con un impresionante share de 45.4.

Es decir, el público más abierto de la capital optó por Televisión Azteca y su apuesta en futbol con Christian Martinoli, Luis García y Jorge Campos en la crónica de los partidos, con una cereza en el pastel llamada Jorge Valdano, cuya experiencia en el análisis siempre resulta grata al oído.

La propuesta de reality tipo “La Voz” por la que apostó Televisa Deportes no fue bien aceptada ni siquiera por su público cautivo, el que está acostumbrado a la misma programación base que Televisa mantiene desde hace 10 años: un noticiero matutino, después el magazzine “Hoy”, la telenovela refriteada, el noticiero vespertino, un talk show y la tarde de telenovelas; por la noche “el noticiero” y una barra de opinión. 

Bajo este esquema, las voces e ideas de cronistas jóvenes no parecieron gustar a quienes suelen sintonizar El Canal de las Estrellas en el Valle de México.

En síntesis, el pastel se repartió en igualdad, la porción nacional fue para la empresa de Emilio Azcárraga, la dosis capitalina se quedó con el esfuerzo de la gente de Ricardo Salinas Pliego. Quedaron empatados, sin posibilidad de tiempos extras ni penales.

Ahora, que si de evolución se trata, la mejor transmisión, las mejores mesas, con los mejores analistas y las coberturas más estructuradas se las llevó ESPN. Y eso que no tienen derecho a transmitir partidos, ni a utilizar imágenes de los mismos.

Las emisiones encabezadas por “Josérra”, Hugo Sánchez, Roberto Gómez Junco y Mario Alberto Kempes siguen dando cátedra  de cómo se produce y se disfruta hacer televisión. Su campaña “Porque 90 minutos no son suficientes” significó el factor diferenciador de este Mundial.

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