Los cisnes, eventos que impactan la economía mundial
A diferencia de las catástrofes financieras que ha enfrentado el mundo, los efectos de la crisis medioambiental no serán reversibles, lo que provocará daños permanentes en las economías de todos los países
Rubén ZermeñoHasta antes de 1697 la humanidad creyó imposible que existieran en el mundo cisnes negros. Fue hasta ese año durante una misión de rescate que un navegante holandés encontró dicha especie.
Más tarde, en 2007 el investigador financiero, Nassim Taleb, publicó su libro “The Black Swan”, en el que acuñó el término “cisne negro” para referirse a eventos improbables y difíciles de predecir que impactan profundamente en la economía.
Ejemplos de cisnes negros serían la Gran Depresión de 1929, los atentados de las Torres Gemelas y la Gran Crisis del 2008.
Tomando el término de Taleb, Patrick Bolton, Morgan Despres, Luiz Awazu Pereira Da Silva, Frédéric Samama y Romain Svartzman, auspiciados por el Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) y el Banco Central de Francia, publicaron en 2020 “El Cisne Verde, Banca Central y Estabilidad Financiera en la Era del Clima”.
Utilizando como referencia la teoría de sus colegas, el gerente general del BIS, Agustín Carstens, pidió a los bancos centrales de todo el mundo tomar medidas inmediatas contra los riesgos relacionados con el cambio climático.
En ese mismo encuentro, los banqueros aceptaron que los impactos del cambio climático ya no son cosa del futuro, están ocurriendo, y solo van a acelerarse.
Es por ello que a diario podemos ver fenómenos meteorológicos extremos que solo van aumentando en su frecuencia y magnitud y provocan grandes costos económicos como interrupción en las cadenas de suministros, recortes en la producción, alza en los precios y hasta destrucción física de los centros de trabajo.
Estos fenómenos incluso podrían provocar un efecto cascada ocasionado por un cambio abrupto en las regulaciones, como la prohibición de extracción de combustibles fósiles, la fuga de inversión y que los dueños de ciertos activos financieros decidan deshacerse de ellos repentinamente.
A diferencia de otros efectos políticos y sociales que afectan la economía, con el cambio climático no hay marcha atrás, por lo que la crisis podría ser más profunda y más larga.
Los autores de la investigación también advierten que a diferencia de la crisis del 2008, en la que los bancos centrales tuvieron un papel medular para la recuperación económica, en esta ocasión ya no tienen “como salvar al mundo”.
La advertencia de Carstens resonó en todo el mundo, Larry Fink, director ejecutivo del mayor fondo de administración de activos del planeta, BlackRock, advirtió que pronto el cambio climático desencadenará grandes cambios.
“Durante los 40 años de mi carrera en finanzas, he sido testigo de una serie de crisis y desafíos financieros: las alzas de inflación de los años 70 y principios de los 80, la crisis monetaria asiática en 1997, la burbuja puntocom y la crisis financiera mundial. Incluso cuando estos episodios duraron muchos años, todos fueron, en un amplio sentido, de corto plazo en su naturaleza. El cambio climático es diferente”, alertó en una carta a sus accionistas.