Javier Coello afirma: ‘hay que usar fuerza y fuego’
Javier Coello conocido como ‘El Fiscal de Hierro’ critica la estrategia actual para combatir al narcotráfico y a la corrupción por lo que recomienda que se utilice la fuerza del Estado para salvar al país pese a que se violen los derechos humanos de los victimarios
Rubén ZermeñoSiempre polémico y con la consigna repetida como mantra de que los criminales no deben de tener derechos humanos, el abogado Javier Coello, platica con Reporte Índigo sobre su nuevo libro autobiográfico El Fiscal de Hierro, Memorias, las fallas en la estrategia de seguridad de la actual administración y lo que espera de las nuevas generaciones, ya que según él, el país está “descompuesto” por los nulos resultados en los últimos años en el combate a la corrupción y al crimen organizado.
El abogado confiesa que la idea del libro surgió para plasmar sus memorias y dejarles un legado a sus hijos y nietos, pero después de platicar con su esposa se convenció de que el material autobiográfico sería la herencia que dejaría a las generaciones posteriores, además de un bálsamo para curarse en salud por los daños y omisiones que ocasionaron él y sus contemporáneos.
“Escribí el libro para los jóvenes porque estoy convencido de que son ellos quienes van a sacar adelante a México. Cuando nosotros tuvimos la oportunidad, no lo hicimos. Mi generación fue la de Carlos Salinas de Gortari, Manuel Camacho Solís, Pedro Aspe, de muchos que pudimos haber hecho mucho más por este país, y ahora que se ha descompuesto, son los jóvenes quienes tienen que empujar. Son a ellos a quienes hay que ayudarlos, por eso escribí el libro”, comenta.
Y es que en su libro, Javier Coello revela los detalles de otros tiempos en los que se hacía política de otra manera y en los que la procuración de justicia se conseguía con mano dura, incluso, utilizando métodos de tortura como el “tehuacanazo” y sin que se respetaran los derechos humanos de los criminales.
Coello Trejo se ganó el apodo de “Fiscal de Hierro” durante el sexenio de José López Portillo luego de que la Fiscalía Especial contra la Corrupción que dirigía encarcelara a más de mil 200 funcionarios, exfuncionarios, empleados del sector privado y a varios empresarios.
Después, su amistad con Carlos Salinas de Gortari le sirvió para convertirse en su mano derecha en la estrategia contra el narcotráfico, logrando la captura de Miguel Ángel Félix Gallardo “El Jefe de Jefes” y el encarcelamiento del líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, por homicidio y acopio de armas.
La política voraz de Javier Coello continúo durante dos años (1988-1990) hasta que se le acusó de permitir que los agentes que tenía a su mando cometieran actos de tortura y crímenes de lesa humanidad. Incluso la célula antinarcóticos que coordinaba fue señalada de cometer asesinatos y desapariciones forzadas.
‘Los derechos humanos son para las víctimas’
Al respecto, el “Fiscal de Hierro” es firme al insistir que los criminales no deben de contar con derechos humanos ya que estos solamente ocasionan que haya impunidad.
“La ley hay que aplicarla, porque el que mata por primera vez y no es castigado, vuelve a matar. Esa es la impunidad. Por eso pediría que entiendan que los derechos humanos son para las víctimas, para los ciudadanos, para los que trabajamos, no para quienes delinquen, ellos tienen sus garantías individuales, pero no derechos humanos.
> ¿Qué opinas sobre la estrategia de seguridad de la actual administración? Se le pregunta.
“El resultado de la política que ha seguido este gobierno es muy pobre o más bien nulo. Yo creo que el presidente es un hombre de buena fe, pero tiene que dar un manotazo, tiene que corregir las cosas, tiene que asesorarse mejor porque lo que yo veo es que no le dicen al presidente lo que realmente sucede. No puede ser posible que en un fin de semana existan más de 200 muertos por asesinato”, responde.
El litigante comenta que con el libro busca dejar un recordatorio de cómo se hacían las cosas hace treinta años y conseguían resultados en el combate a la corrupción y a la criminalidad, pese a la tecnología incipiente que tenían.
“Quisiera que la gente recordara que en aquellas épocas los jóvenes iban a las discos, los niños jugaban en la calle hasta altas horas de la noche y nadie los asaltaba ni los robaba. La delincuencia era lo común, el carterista, el ladrón, pero ¿por qué pasaba eso? Pasaba eso porque había ley y había voluntad para cumplir con la ley.
“Ahora, yo no entiendo con la tecnología que existe, que es impresionante, ¿por qué no se combate al narcotráfico y a la corrupción?”, crítica.
> Entonces, ¿qué le faltaría a la actual administración?, ¿Necesitamos otro ‘Fiscal de Hierro’?
“Hace falta voluntad política, más agentes del Ministerio Público comprometidos con la causa, y se necesita una policía muy bien preparada y muy bien apoyada porque a la policía la defenestramos y al Ejército se le ha perdido el respeto.
“Es necesaria la inteligencia, es necesaria la aplicación de la ley, que no nos tiemble la mano y cuando hay que usar fuego. La obligación del Estado mexicano es proteger a la ciudadanía, es conservar la seguridad nacional de los conciudadanos mexicanos y para eso se tiene que usar la fuerza, por eso existe la fuerza del Estado”, insiste.
Javier Coello, Entre traiciones y fuego amigo
A Javier Coello Trejo se le pregunta si se ha hecho o se hace uso político de las instituciones como la Fiscalía General de la República, pero evade la pregunta y solo contesta que la “justicia no es para venganzas”.
También, se le cuestiona sobre sus lealtades, amistades, que incluyen al polémico jefe de la policía capitalina, Arturo “El Negro” Durazo, y si vive con algún arrepentimiento.
> Dime Javier, ¿Eres un hombre feliz? ¿Tienes algo de qué arrepentirte? ¿Ni siquiera de una amistad?
“Soy un hombre feliz, tuve la gran oportunidad de servir a mi país, no servirme de mi país. Tengo una familia muy hermosa (…) La base de mi vida es la lealtad. Hay de aquel hombre que no sea leal, el que no es leal es una piltrafa.
“Te puedo decir que no hay instituciones malas, los malos son quienes las dirigen y pervierten sus fines, pero yo soy un hombre feliz. ¿Amigos? El fuego amigo cuando estás en el gobierno es duro, pero te juro que no guardó ningún resentimiento, no soy un hombre vengativo, soy un hombre práctico”, concluye.