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Los siete pecados de Emilio

Los excesos, el despilfarro, el descuido y la sordera a la opinión pública, fueron parte de la administración del gobernador que se va: Emilio González Márquez. 

El que sale es un hombre de una marcada doble moral que le permite emborracharse y decir obscenidades, pero no ejecutar políticas públicas de salud como el uso de métodos anticonceptivos. 

Solo el último préstamo al estado por mil 400 millones de pesos, se atribuyó al pago de cuentas de los Juegos Panamericanos
Ante el IMSS, 2.2 millones de jaliscienses presentan pobreza moderada. De esa cifra al menos 300 mil personas se encuentran en pobreza extrema
"Yo tengo poco de gobernador, pero a lo mejor ya se dieron cuenta, que a mí, lo que unos poquitos dicen, ¡me vale madre! ¡Así de fácil! ¡Yo sé lo que se tiene que hacer en Jalisco! … A mí me vale madre lo que algunos periódicos digan, la gente votó por mí… Digan lo que quieran, perdón señor Cardenal, pero chinguen a su madre"
Emilio GonzálezGobernador saliente de Jalisco
"Para mí, matrimonio sí es un hombre y una mujer, qué quieren, uno es a la antigüita y uno es así. Al otro todavía, como dicen, no le he perdido el asquito"

Los excesos, el despilfarro, el descuido y la sordera a la opinión pública, fueron parte de la administración del gobernador que se va: Emilio González Márquez. 

El que sale es un hombre de una marcada doble moral que le permite emborracharse y decir obscenidades, pero no ejecutar políticas públicas de salud como el uso de métodos anticonceptivos. 

Los errores de su administración, aunque a veces apegados a los intereses de la Iglesia Católica, se pueden señalar como pecados de un funcionario que desterró a su partido del poder y endeudó el estado de forma escandalosa. 

Luego de tres administraciones panistas poco hay que celebrar. 

Hoy Jalisco es más inseguro, menos transparente, tiene más pobres y también más deuda. 

Por eso el último gobernador de los 18 años del panismo en el estado, Emilio González Márquez, pasará a la historia como un mandatario que pecó en repetidas ocasiones. 

A pesar de su fervor religioso, pecó como funcionario, en sus formas, en el modo en que administró al estado. 

Porque el de Emilio fue un periodo con claroscuros y hasta mentadas de madre para los ciudadanos que no compartían su opinión en cuanto a el laicismo del Estado. 

Los seis años de “El gober piadoso” serán recordados por el gasto excesivo, sin explicación, en eventos nacionales e internacionales; para muestra los emblemáticos Juegos Panamericanos. 

Por las declaraciones etílicas de un mandatario que tiene una opinión adversa a las mejoras en derechos humanos y el respeto a las minorías. 

El pecado de los Panamericanos 

Hasta hoy no existe motivo para explicar por que si Jalisco recibió más presupuesto en el último sexenio, hoy se encuentra casi tres veces más endeudado que hace seis años.

Las cuentas del gobernador fueron reflejo de la opacidad. Y es que la bonanza económica de Jalisco –reflejada en su presupuesto- contrasta con las deudas que el mismo Emilio González asumió sin informar a nadie.

El presupuesto del Estado creció de 46 mil 192 millones en 2006 a 83 mil 167 millones en 2012 .

Pero en contradicción, Jalisco pasó a ser uno de los estados de México más endeudados según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En los últimos tres años la administración panista optó por la contratación de deuda de corto plazo, los denominados “préstamos quirografarios”, para saldar cuentas de las que nadie tiene certeza y no existe transparencia. 

Solo el último préstamo por mil 400 millones de pesos, se atribuyó al pago de cuentas de los Juegos Panamericanos.

El propio gobierno de Estado se negó a pagar el monto y negoció con el Congreso local – específicamente con la fracción del PRI- para que la deuda se cambiara a largo plazo y con ello se ampliara el monto de la nueva a 3 mil 200 millones de pesos.

Pero ni ese crédito fue suficiente para sanar las finanzas del estado, pues aún se adeudan poco más de 400 millones por pago a proveedores de los Juegos Panamericanos.

Pero para Emilio González Márquez, “Jalisco está mejor”, es un estado competitivo. En ningún momento reconoció que las cuentas no eran claras. 

Tampoco reconoció que el balance económico de los Juegos Panamericanos no fue el esperado, ni que inversiones cuantiosas como los 89 millones de dólares que se gastaron en proyectos turísticos como Chalacatepec “El Nuevo Cancún” fueron poco transparentes.

Un estado más pobre 

El sexenio de Emilio González Márquez se caracterizó por los contrastes. 

Fueron años en donde las donaciones se mantuvieron como moneda de cambio entre el gobierno, las televisoras, los grupos empresariales y hasta la propia Iglesia Católica que sin apuro disfrutaron los beneficios del poder.

Pero sin duda la gran deuda en Jalisco en los últimos 6 años fue con los grupos vulnerables. 

Hoy más de tres de cada 10 jaliscienses viven bajo algún esquema de pobreza multidimensional. 

Se trata de las personas que presentan por lo menos una carencia social (educación, salud, vivienda) y no tienen un ingreso suficiente para satisfacer sus necesidades según el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Los indicadores de pobreza contrastan con las frases alegres que el mismo Emilio González enunció en su despedida como gobernador. 

Porque mientras señaló que en su gobierno se registraron 176 mil empleos formales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, dos millones 240 mil jaliscienses presentan pobreza moderada. 

De esa cifra al menos 300 mil personas se encuentran en pobreza extrema.

Dos millones 590 mil jaliscienses no tienen acceso a algún servicio de salud. Un millón 480 mil habitantes del estado reflejan rezago educativo y 680 mil carecen de calidad y espacios para vivienda. Un cifra similar no cuenta con servicios básicos en sus casas.

La pobreza en Jalisco se presenta en espacios rurales, pero se agudiza en las zonas urbanas, en donde la falta de oportunidades ha incidido en el aumento de violencia. Algunos grupos de pandillas hoy operan a favor de cárteles. 

Volvió a Jalisco inseguro 

El combate al crimen organizado en Jalisco se realizó de forma estadística durante la administración de Emilio González Márquez. 

A pesar de la violencia en el interior del estado, los 26 cadáveres abandonados en los Arcos del Milenio y la división y el nacimiento de grupos criminales en el estado durante este sexenio, el mandatario jalisciense nunca fue realista. 

Para septiembre de 2012 González Márquez reiteraba durante un discurso en Casa Jalisco donde se le cuestionó sobre los nacobloqueos que hubo en la Zona Metropolitana de Guadalajara y el interior del estado, qué en Guadalajara “no estamos como en Monterrey”. 

Pero especialistas en temas de seguridad en Jalisco lanzaron indicadores de la realidad en el estado. 

Académicos como Guillermo Zepeda Lecuona señaló que las denuncias en Jalisco se redujeron en un 20 por ciento durante este sexenio, debido a que la propia autoridad inhibió la denuncia. 

Además, se detectaron diferencias entre las cifras de asesinatos de la Secretaría de Salud y las de la Procuraduría de Justicia del Estado. 

De 2010 a 2011 creció del 60 al 70 por ciento la impunidad en los asesinatos del estado. Y tan solo en tres años de la administración de Emilio, los asesinatos se triplicaron, pasando de 380 a mil 222. 

También durante estos seis años en Jalisco creció la presencia del grupo criminal de Los Zetas. Hubo fracturas y escisiones de los grupos criminales dominantes en el estado. 

Nació el grupo criminal La Corona, tras la fracción del Cártel Jalisco Nueva Generación del Cártel de Sinaloa. 

Un indicador de la esquizofrenia de los cálculos en las cifras de seguridad del estado es que, aunque no es el quinto más violento, Jalisco actualmente ocupa el lugar número cinco entre los estados donde más se lava dinero en el país. 

Violación del Estado Laico 

Desde  la organización de cursos bíblicos en Casa Jalisco, hasta el donativo millonario al Santuario de los Mártires de Cristo –inicialmente planteado en 90 millones de pesos-, el sexenio de González Márquez fue de un marcado proselitismo religioso. 

La inversión estatal a favor de proyectos de la Iglesia Católica estuvo a la orden del día. 

La Ruta del Peregrino –qué costó a los jaliscienses alrededor de 50 millones de pesos- fue un proyecto para promocionar el turismo religioso en el estado pagada con el erario de un Estado laico. 

De 2007 a 2008 la Secretaría de Desarrollo Humano donó más de 3 millones de pesos a organizaciones civiles de corte religioso. 

Por otro lado, durante 2010, el entonces secretario General de Gobierno Fernando Guzmán Pérez Peláez, impugnó ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo. 

También el fervor religioso de Emilio se vio reflejado en la gestión de recursos del Fondo de Apoyo a Comunidades para Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos de Propiedad Federal (Foremoba) para la restauración de iglesias. 

Y es que más del 70 por ciento de este fondo federal invertido en Jalisco durante administraciones panistas, fue usado en la restauración de inmuebles religiosos. 

Asimismo, el gobierno de González Márquez donó casi cuatro  millones de pesos para la apertura de dos nuevos museos de arte sacro en Jalisco. 

Uno es el primer Museo de Arte Sacro del Occidente del País ubicado en Lagos de Moreno, Jalisco. Y el otro es el Museo de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Guadalajara (MAS).

Dinamitó a su partido

Con una presencia mínima en solo 25 municipios del estado, una dirigencia acomodaticia y una militancia desanimada, hoy el Partido Acción Nacional en Jalisco enfrenta una de sus crisis más profundas como instituto político. 

Lejos quedaron los años de bonanza. Hace 18 años el PAN tomó el poder en Jalisco y desde entonces la cartera de favores y venganzas operó desde la nómina.

El control del personal las secretarías de Estado, Organismos Públicos Descentralizados y en los municipios dividió a los grupos internos que componen al partido blanquiazul. 

Hubo quien aprovechó su poder dentro del instituto político para manipular las mayorías al interior de los consejos adherentes y con ello nominar a diestra y siniestra a candidatos que no fueron redituables para la permanencia del PAN en Jalisco.

El propio Emilio González colaboró de estas prácticas y su grupo político hizo lo imposible por derrocar al entonces presidente del PAN Eduardo Rosales, quien representaba los intereses del ex gobernador Francisco Ramírez Acuña.

El año 2009 fue el inicio de la debacle. En esas elecciones el PAN perdió el control de la alcaldías de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Tres años después la historia se repetiría. 

De una elección a otra el PAN perdió la mitad de su electorado. Pues en 2006 obtuvo un millón 296 mil votos en 2006  mientras que en 2012 la cifra de votos registrado fue de 695 mil.

Pero el PAN Jalisco perdió no solo la gubernatura, sino también a sus militantes.

A nivel nacional el PAN perdió el 80 por ciento de su militancia. Solo el Jalisco – uno de los estados con más presencia de panistas- el registro de miembros activos y adherentes también fue catastrófica.

De mil 34 mil 801 miembros activos, sólo quedaron inscritos 17 mil 887 según cifras del PAN. De la misma forma el número de adherentes bajó de 125 mil a poco más de 9 mil 500.

A eso se suman las fuertes críticas sobre la traición de Emilio González a su partido. Pues hubo quien señaló que en la ultima elección el gobernador favoreció al candidato de Movimiento Ciudadano Enrique Alfaro Ramírez. 

Pero Emilio González minimizó la agonía de su partido y con cinismo refirió en días pasados que para él es “un privilegio pertenecer al partido político que hizo posible la sucesión pacífica en México”.

Mentadas y derechos violentados 

“Yo tengo poco de gobernador, pero a lo mejor ya se dieron cuenta, que a mí, lo que unos poquitos dicen, ¡me vale madre! ¡Así de fácil! ¡Yo sé lo que se tiene que hacer en Jalisco! … A mí me vale madre lo que algunos periódicos digan, la gente votó por mí… Digan lo que quieran, perdón señor Cardenal, pero chinguen a su madre”.

Sin duda el declive del PAN en el gobierno de Jalisco comenzó un 23 de abril de 2008 con estas palabras del gobernador Emilio González Márquez que bajo una evidente borrachera pronunció frente a periodistas y una parte de los dirigentes eclesiásticos.

Y es que el político panista entendió, escuchó y respetó poco los derechos del pueblo jalisciense.

Con este gesto González Márquez demostró ser un personaje poco sensible y tolerante a las críticas.

Esa noche a pesar de los cuestionamientos de los medios entregó el primer pago de una macrolimosna por 30 millones de pesos para la construcción del Santuario de los Mártires de Cristo.

Dos meses después el entonces Cardenal Juan Sandoval Íñiguez pidió a la Fundación Pro Construcción del Santuario devolver el dinero y González Márquez emprendía su camino a la impopularidad. 

Y no fue el único sello de un gobernante ajeno a la inclusión social, lo demostró en octubre de 2010 en la inauguración de la segunda Cumbre Iberoamericana de la Familia declarando que el matrimonio entre personas del mismo sexo le daba “asquito”.

“Para mí, matrimonio sí es un hombre y una mujer, qué quieren, uno es a la antigüita y uno es así. Al otro todavía, como dicen, no le he perdido el asquito”.

Sobre el tema de violencia de género, el mandato del panista ni siquiera se preocupo por la ola de feminicidios que pone a Jalisco en tercer lugar nacional. Es hasta finales de 2012 cuando el Congreso estatal tipifica este delito más por la presión de asociaciones civiles que por iniciativa del gobierno panista.

Creó ley para ocultar

En materia del derecho al acceso a la información y transparencia, el retroceso fue evidente durante la administración de González Márquez.

Y conveniente para ocultar el gasto que significó para Jalisco la organización de los Juegos Panamericanos 2011.

Y es que en diciembre de ese año Emilio González envió al Legislativo una iniciativa para una nueva ley de transparencia, comprometiendo a los diputados a su aprobación con un presupuesto que liberó por 200 millones de pesos para sanear las golpeadas finanzas del Congreso.

Según especialistas la Ley de Información Pública del Estado de Jalisco y sus Municipios aprobada representó un retroceso y mayor opacidad de la información pues entre otras cosas castiga a todo aquel que revele información reservada, entre ellos a los periodistas.

Hay que decir que la aprobación de esta ley aún vigente significó un reajuste en el sistema de solicitudes de información Infomex Jalisco y que durante todo el proceso electoral estatal fue inaccesible realizar solicitudes vía electrónica.

La jugada fue perfecta para González Márquez pues evitó el flujo de información acerca de los gastos del gobierno estatal hacia los Juegos Panamericanos de 2011.

En su mensaje de fin de administración Emilio González habló de transparencia, dijo que el suyo fue un gobierno que pugnó por hacer la información pública más accesible pero casualmente solo le dedica una línea a los Juegos Panamericanos:

“Jalisco tiene un mejor futuro porque ahora existe una cultura de la transparencia, esto no existía, esta cultura de la transparencia que se ha modificado desde lo más profundo de la estructura a la administración pública. 

“Esto ha sido un avance gracias a los expertos pero también gracias al gobierno, lo que sigue en el futuro en materia de transparencia es el involucramiento generalizado de los ciudadanos en este tema, las bases ya están dadas”.  

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