Interjet: chivo expiatorio
Ni es la primera, ni será la última. Pero hay que ponerlo en contexto.
Rodrigo VillegasNi es la primera, ni será la última. Pero hay que ponerlo en contexto.
El desastroso fin de semana de Navidad de la aerolínea Interjet, en el que más de 25 vuelos fueron cancelados afectando a unas 700 personas es un tema de una espantosa operación pero utilizado y trasladado a uno corporativo con tintes geopolíticos. Y atrapada quedó la aerolínea de Miguel Alemán en el fuego cruzado entre Estados Unidos, Rusia y México.
Y es que la realidad de las cosas es que de por medio están los intereses económicos de los Estados Unidos. Sobre todo de la industria de defensa y aeronáutica. Una clase corporativa dividida políticamente, entre quienes sintieron mayor seguridad en Hillary Rodham Clinton, entre quienes se mantuvieron al margen y aquellos que sus equipos de prospectiva política sugirieron que Donald J. Trump se convertiría en el presidente numero 45 de aquel país.
No es ningún secreto que cuatro de las cinco empresas de defensa más grandes del mundo sean estadounidenses. Y tampoco lo es que una de ellas, cuenta con una rama de aeronáutica civil que le genera billones. Se trata de Boeing-McDonnell Douglas, la que tiene los mayores intereses en México, y la que pretende ser la “ganona” del traspié de Interjet. Y es que, Boeing ha sufrido pérdidas millonarias tanto en el ámbito militar como en el civil. En el sector defensa el haber perdido la licitación más cara de la historia del Pentágono, para desarrollar el sistema del avión caza de quinta generación, hoy el F-35 adjudicado a la empresa texana Lockheed Martin. Y en el civil, con el mega proyecto del nuevo Dreamliner 787 que resultó exageradamente costoso para una industria que apenas logra sobrevivir ante los costos de operación.
El sistema del caza de quinta generación se propuso en la administración de George W. Bush, y fue durante el mandato de Barack Obama en donde se desarrollo y se concluyó. El F-35 es el sistema de defensa más costoso de la historia, con un presupuesto de 1.5 trillones de dólares hasta el año 2070.
Esto le generó ganancias inimaginables a la armadora texana, sin embargo las otras cuatro; General Dynamics, Northdrop Grumann, Boeing y Raytheon han tenido que lidiar con una serie de recortes al presupuesto de defensa norteamericano.
La dominancia de las empresas de defensa de Estados Unidos se han visto mermadas por los desarrollos de empresas Europeas, Escandinavas y Rusas.
En América Latina, Rusia y Escandinavia ha dominado el mercado de defensa, especialmente en el sector aeronáutico.
Por ello, ver que la noticia sobre las recientes problemáticas de la aerolínea Interjet tengan que ver con la calidad y mecanismos más que con la operación y logística llama la atención. Tampoco es un secreto que dentro de las aerolíneas mexicanas Interjet ha resultado una de las más eficientes y redituables. Aeroméxico, la principal aerolínea del país camina poco a poco hacia los brazos de Delta Airlines. Y tampoco es novedad, que sostener a esta última ha sido por años un dolor de cabeza para los accionistas.
Sin embargo, Aeroméxico siempre le ha sido fiel a dos grupos aeronáuticos; principalmente a Boeing y también a Airbus, sin contar la pequeña flota de Embraer.
Interjet, por su parte, le apostó a una atractiva oferta rusa, la línea Sukhoi.
Que también tiene una rama importante en el sector militar.
Es más, el hilo negro del revuelo que causó la falta de capacidad de Interjet tiene que ver con ello.
A finales del sexenio de Felipe Calderón, Reporte Indigo, reveló una serie de comunicaciones consulares en las que se dejaba claro la oposición del departamento de Estado, en ese entonces dirigido por Hillary Clinton, a que el gobierno mexicano aceptara una oferta para dotar a la Marina con una flota de Sukhoi´s-35, aviones de combate.
El arribo de Donald Trump a la ante sala del despacho oval ya se ha dejado sentir, y eso que no ha ni siquiera alzado la mano para tomar el juramento.
Dentro de los monstruos de la industria de defensa, hubo uno (al menos) que dijo definitivamente que no apoyaría a Trump. Esa fue Lockheed Martin, quien ha sostenido una relación cercana con el establishment de Estados Unidos, particularmente republicanos cercanos al circulo Bush.
Y resultó estremecedor ver cómo la mano del presidente electo ya pesa en los mercados internacionales. Trump, sentado desde el Pent-house de la torre que lleva su nombre en la Quinta Avenida, criticó abruptamente el programa del F-35, y posteriormente aseguró que ya había solicitado a Boeing que le cotizara un programa del viejo F-18 pero con capacidades similares al de quinta generación. Situación que en cuestión de minutos llevo a que las acciones de Lockheed Martin se desplomaran 2.47 por ciento.
Ante este contexto, aunado al ajedrez geopolítico que México tendrá que jugar con el gobierno de Trump, son más de una las voces que sugieren que detrás del asunto Interjet-Rusia-Boeing hay mano negra. Y un par de fuentes bien informadas aseguran que esa mano, es conocida. Se trataría de una que antes manejaba las arcas de la nación y que pronto podría despachar desde la cancillería. ¿Será esta la primera movida del encargado de facto de la política exterior mexicana?