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Seguridad en un hilo

Parecía que era el fin del mundo, y no se trató de un hack a nivel masivo, sino de una caída del servicio de Facebook, Messenger e Instagram (que ya pertenece a Facebook), cuya duración fue de una hora y media.

Los usuarios tampoco pudieron entrar a aplicaciones como Tinder, a las que se accede a través de la red social fundada por Mark Zuckerberg.

"Si operas un servicio con la capacidad (y complejidad) para entregar contenido a cientos de millones de usuarios, es inevitable que las cosas no siempre vayan de acuerdo al plan"
Steve SantorelliInvestigador de Team Cymru

Parecía que era el fin del mundo, y no se trató de un hack a nivel masivo, sino de una caída del servicio de Facebook, Messenger e Instagram (que ya pertenece a Facebook), cuya duración fue de una hora y media.

Los usuarios tampoco pudieron entrar a aplicaciones como Tinder, a las que se accede a través de la red social fundada por Mark Zuckerberg.

Y es que como publicó The Guardian, cuando Facebook se viene abajo “es cosa seria: los oficinistas aburridos son privados de sus distracciones, los niños están obligados a hablar con sus familias (…)”, y las personas se dan cuenta de que existe un mundo fuera de las redes sociales.

No es la primera vez que se cae Facebook, pero dada la era de la filtración de datos y el robo de información, las personas están aún más alerta por la pérdida de la privacidad en línea. Sobre todo cuando cada vez son más las apps y servicios que forman parte de Facebook, tal como WhatsApp e Instagram, sin contar la línea telefónica.

La compañía dejó en claro que no se trató de un ataque cibernético, sino de una falla interna que afectó a la gran mayoría de los 864 millones de usuarios que están activos diariamente, que en total forman parte de los más de mil 350 millones de internautas con cuentas registradas.

De acuerdo a la BBC, Facebook señaló que esta falla “sucedió después de que nosotros introdujimos cambios que afectaron a nuestro sistema de configuración”.

Por muy segura que esté la información que se comparte –y/o publica– en la red social, lo cierto es que los datos siguen expuestos y a la merced de una falla técnica, un ataque cibernético por parte de terceros o bien, a errores humanos en los que se puede comprometer la privacidad de los usuarios. 

Según una publicación en The Telegraph, una fuente interna de Facebook indicó que “los datos personales no estuvieron comprometidos durante el apagón”.

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