Hombres asesinos

El tiroteo que el joven de 22 años Elliot Rodger perpetró en lo que bautizó como “El día de Retribución” en la comunidad de la Universidad de California en Santa Bárbara, y que cobró la vida de seis personas, pone al descubierto un común denominador de los asesinatos en masa: casi todos fueron ejecutados por hombres, que en su mayoría son caucásicos.

Según un análisis de Mother Jones que cubre casos de más de 60 asesinatos en masa registrados en 30 estados de Estados Unidos (EU) desde 1982 hasta 2013, la mayoría de los asesinos son hombres de tez clara. 

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El tiroteo que el joven de 22 años Elliot Rodger perpetró en lo que bautizó como “El día de Retribución” en la comunidad de la Universidad de California en Santa Bárbara, y que cobró la vida de seis personas, pone al descubierto un común denominador de los asesinatos en masa: casi todos fueron ejecutados por hombres, que en su mayoría son caucásicos.

Según un análisis de Mother Jones que cubre casos de más de 60 asesinatos en masa registrados en 30 estados de Estados Unidos (EU) desde 1982 hasta 2013, la mayoría de los asesinos son hombres de tez clara. 

Mientras que solo una de las matanzas fue perpetrada por una mujer, Jennifer San Marco, una empleada de correos que asesinó a siete personas antes de quitarse la vida, en California. 

Entre los casos más sonados de los hombres asesinos están el de Adam Lanza, responsable de la matanza ocurrida en 2013 en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, en el estado de Connecticut; el del noruego Anders Behring Breivik, autor de la masacre de 77 víctimas que se registró en 2011, en Oslo, Noruega; el de James Holmes, quien hace un par de años abrió fuego en una sala de cine de Aurora, Colorado. Así como el del surcoreano Cho Seung-Hui, responsable de la masacre de 2007 en la Universidad de Virginia Tech que dejó un saldo de 33 muertos… Y la lista continúa. 

Según NPR, a raíz de la matanza ocurrida en la sede de la Armada en Washington –de nuevo, ejecutada por un hombre, en este caso, el exmilitar Aaron Alexis– en 2013, la doctora Lin Huff-Corzin, docente del Departamento de Sociología de la Universidad Central de Florida, participó en un estudio basado en datos del FBI en el que se encontró que, entre 2010 y 2011, menos del 8 por ciento de las masacres registradas en EU eran mujeres.  

La socióloga agregó que esta tendencia puede ser explicada por el hecho de que los hombres se sienten más cómodos que las mujeres al hacer uso de armas de fuego, mientras que ellas son más propensas a valerse de cuchillos al matar. 

“Las pistolas son simplemente más efectivas que los cuchillos al matar a otra persona. Este es especialmente el caso cuando tres o más personas son asesinadas”, dijo.

Aunque a decir de Candice Batton, Directora de la Escuela de Criminología y Justicia Criminal de la Universidad de Nebraska, no solo los asesinatos en masa suelen ser perpetrados por miembros del sexo masculino, sino que también “la mayoría de los autores de homicidios son hombres, aproximadamente de entre 90 y 91 por ciento”. 

Y apuntó que la evidencia indica que los hombres son más propensos a ser letalmente violentos que las mujeres. 

Agresivos por naturaleza

La experta en diferencias de género en delincuencia, justicia, tasas de crímenes y violencia en EU agregó que algunas investigaciones han apoyado la idea de que los hombres son más propensos que las mujeres a desarrollar atribuciones negativas de culpa que son externas en naturaleza. “Por ejemplo, ‘la causa de mis problemas es alguien más u otra fuerza fuera de mí’. Y esto se traduce en ira y hostilidad hacia otros”.

Tal como Elliot Rodger, quien en el video en que hizo pública su frustración sexual, aludió a las mujeres como responsables de que “durante los últimos ocho años de mi vida, desde mi pubertad, he tenido que soportar una existencia de soledad, rechazo y deseos insatisfechos. Y todo porque nunca he resultado atractivo a las chicas y me he tenido que pudrir en soledad (…). Las voy a castigar a todas por esto”.

Y es  que las mujeres son más duras consigo mismas, al verse a ellas mismas como la fuente de su sufrimiento. 

Las atribuciones negativas de culpa son internas en naturaleza, explicó Batton, “por ejemplo ‘mi propio fracaso es la causa de mis problemas: no intenté lo suficiente, no soy lo suficientemente buena. Y esto, por el contrario, tiende a traducirse en sentimientos de culpa y depresión que se dirigen hacia uno mismo”.

Por su parte, las investigaciones de la doctora Marissa Harisson, profesora de psicología de la Universidad de Pennsylvania, y experta en los orígenes evolutivos del comportamiento humano, han llevado a determinar que uno de los mayores detonadores de los asesinatos ejecutados por hombres es una amenaza a su estatus. 

De hecho, “los típicos autores eran hombres de estatus bajo o medio con un número relativamente bajo nivel de educación y una historia de problemas de pareja, y el detonador fue una pérdida de estatus o amenaza”, escribió Harrison en un estudio  publicado en 2010, en la revista científica Journal of Forensic Psychiatry and Psychology, en el que analizó 90 masacres ejecutadas por hombres en el periodo de 1996 a 2008.

Ellas se tardan en explotar

El caso de la asesina en serie británica Joanne Dennehy, quien en febrero de este año acaparó la atención mediática por sus confesiones de que se dedicaba a matar exclusivamente a hombres “por diversión”, refleja un patrón observado por expertos: los crímenes de las mujeres suelen ser más pasionales y/o personales. 

La fuente de sus venganzas suele ser una historia de vida perturbadora, marcada por agresiones sexuales, por ejemplo. 

Elie Godsi, psicólogo clínico, explicó en la BBC que “Dennehy tiene una historia seria de la autolesión (…) Casi siempre se debe (las autolesiones) a una historia de abuso. Es muy seguro que se trate de una mujer con una historia de abuso sexual grave”.

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