De tienda a supermercado erótico

La experiencia de comprar en una sex shop, o tienda de artículos eróticos, está siendo reinventada por una nueva tendencia: los supermercados eróticos. 

La venta por Internet estaba acaparando el mercado de productos para la alcoba, gracias a la variedad y conveniencia, así que empresarios en distintos países europeos decidieron crear el nuevo modelo de mega tiendas.

El caso más reciente es el de Barcelona, cuyo nuevo local, llamado “SexToysCenter”, mide 800 metros cuadrados y tiene cerca de 8 mil productos.

La experiencia de comprar en una sex shop, o tienda de artículos eróticos, está siendo reinventada por una nueva tendencia: los supermercados eróticos. 

La venta por Internet estaba acaparando el mercado de productos para la alcoba, gracias a la variedad y conveniencia, así que empresarios en distintos países europeos decidieron crear el nuevo modelo de mega tiendas.

El caso más reciente es el de Barcelona, cuyo nuevo local, llamado “SexToysCenter”, mide 800 metros cuadrados y tiene cerca de 8 mil productos.

“Me di cuenta de que lo que quería el consumidor era mucha variedad de productos”, declaró Pilippe Langloys, propietario del nuevo establecimiento, que además explica que sus sex shops anteriores no se dieron abasto por ser demasiado pequeñas.

Además de la sucursal ubicada en la capital catalana, tiene desde el 2012 un local en La Jonquera y uno en Girona, de 700 y 500 metros cuadrados, respectivamente.

Según Langloys, los artículos más vendidos son los lubricantes y los aceites de masaje, pero su tienda ofrece una variedad sin precedentes de vibradores, juguetes sexuales, libros, lencería, ropa, zapatos y una sección destinada a fetiches.

Otro de los factores que hace la experiencia de comprar en estos supermercados distinta a la de las sex shops convencionales, es que el modelo está basado en el sector de la población que más los visita: las mujeres y las parejas.

Por lo general, la apariencia y productos de estas tiendas se dirigen a los hombres, aún cuando esto disminuye la confianza de ellas de realizar sus compras. “La mujer se siente más cómoda con este nuevo concepto”, comentó a La Vanguardia Juli Simón, director del “Salón Erótico” de Barcelona. 

 

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